jueves, 13 de noviembre de 2008

Científico venezolano participa en censo de mamíferos marinos en Guyana Francesa

Para Jaime Bolaños, investigador principal de la Sociedad Ecológica Venezolana Vida Marina, esta experiencia le ha permitido tener acceso a una plataforma tecnológica y de capacitación de talento humano, que podrá ser implementada en estudios similares en Venezuela

Evelyn Guzmán
Venezuela

Sobrevolando a escasos 183 metros de altura, el mar territorial de la Guyana Francesa, el científico venezolano Jaime Bolaños no dejaba de sorprenderse ante la belleza de las grandes ballenas y cachalotes.
De hecho, este biólogo marino egresado de la Universidad de Oriente (1988) con postgrado en Manejo de Fauna Silvestre y Acuática de la Universidad Simón Bolívar (1995), se convirtió en el primer científico, especializado en mamíferos marinos, en documentar la presencia de la ballena rorcual común, Balaenoptera physalus, y del cachalote Physeter macrocephalus, en las aguas de la Guyana Francesa, que se extienden hasta unas 200 millas náuticas en el Océano Atlántico occidental.
Bolaños, investigador principal de la Sociedad Ecológica Venezolana Vida Marina (Sea Vida), fue invitado a participar de la campaña científica organizada por la Agencia de Áreas Marinas Protegidas del Ministerio de Ambiente de la Guyana Francesa y el Centro de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de la Rochelle, Francia.
El objetivo de este estudio, que acaba de culminar, fue realizar un censo aéreo de los delfines, ballenas, tortugas y tiburones a fin de enriquecer los conocimientos sobre la distribución y la abundancia de estos organismos poco estudiados, en una zona caracterizada por la diversidad de hábitats marinos.
Para Bolaños ha sido una experiencia provechosa por cuanto le ha permitido tener acceso a una plataforma tecnológica y de capacitación de talento humano, que podrá ser implementada en estudios similares en Venezuela.
“Hasta el momento, los únicos censos aéreos que se han hecho en Venezuela para grandes vertebrados marinos, fueron llevados a cabo por investigadores norteamericanos en los años 78 y 79. Este convenio abre una alternativa de cooperación estrecha entre Sea Vida y la Universidad de La Rochelle que permitirá un intercambio de experiencias beneficioso para ambas partes”.

PROYECTO INTEGRADOR
Vicente Ridoux, director del Centro de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de La Rochelle (Francia), explicó que este proyecto, en el que participan destacados científicos de Venezuela y de la Isla de Martinica, forma parte de un programa de cinco años, dedicado a registrar la cartografía náutica y a censar la diversidad de cetáceos en las cuatro regiones de ultramar pertenecientes a Francia. Añadió que estas zonas abarcan 11 millones de kilómetros cuadrados, por lo que planificaron ejecutar la campaña científica 2008 para el Caribe y Guyana, 2009 le corresponderá al suroeste Indio mar, 2010 Nueva Caledonia, para finalizar en 2011 en la Polinesia. “El principal logro es que se trata de la primera encuesta de esta importancia en Guyana y en la región. En consecuencia todo es nuevo. Hemos quedado especialmente impresionados por la abundancia de cetáceos en las áreas”.
Informó que el estudio ha permitido encontrar dos especies de delfines: “el delfín de Guyana que es muy costero y el delfín nariz de botella que abunda en toda la zona marítima de la Guyana y mas allá de los fondos marinos de la plataforma continental destaca el descubrimiento de ballenas rorcuales y los cachalotes, los cuales atestiguan las riquezas de la biodiversidad marina de Guyana”.Dijo que los análisis de los datos se llevarán a cabo durante el invierno en la mencionada universidad francesa y esperan presentar los resultados de la investigación durante la próxima reunión anual de la Comisión Internacional Ballenera.
“Al final, cuando todos los territorios franceses de ultramar estén cubiertos, estaremos en capacidad de ofrecer un conjunto de datos sobre los mamíferos marinos y su distribución preferencial de los hábitats, que serán de interés para la conservación de estas especies en todas las regiones tropicales”. REFERENCIA PARA VENEZUELA
A juicio de Jaime Bolaños, los resultados del proyecto serán una referencia para Venezuela, “ya que estamos muy cerca en el Atlántico y pudiera suceder que la situación aquí, sea similar a la de nuestro Atlántico, pero para confirmarlo deberíamos realizar un estudio utilizando los mismos protocolos y metodología”.
Precisamente, el especialista en biología marina considera que la situación de los mamíferos marinos en las costas venezolanas “en términos generales, es buena”.
“En algunas regiones parece haber capturas intencionales para uso como carnada para tiburones y también muertes accidentales en redes de pesca. Sobre esto no existe mucha información científica y no sabemos en qué magnitud puede estar ocurriendo”.
La buena noticia es que estos científicos se encuentran evaluando la posibilidad de realizar un acuerdo para intercambio de especialistas entre Venezuela y Francia.
“En este caso, como un resultado concreto de nuestra participación en este proyecto, ya tenemos un acuerdo para la realización de un taller internacional sobre conservación, manejo y técnicas de investigación aplicadas a mamíferos marinos, para el cual contaremos con la participación del colega Stephan Jerome de la ONG de la Isla de Martinica, Sepanmar, y que estaremos celebrando durante el primer trimestre del 2009”.

Sea Vida La Sociedad Ecológica Venezolana Vida Marina (Sea Vida) es una organización ambiental sin fines de lucro, creada en la ciudad de Maracay, estado Aragua, en el año 2001 con el objetivo de promover y ejecutar actividades y proyectos de investigación, educación ambiental, formación de recursos humanos e intercambios científicos a nivel nacional e internacional en beneficio de la conservación de cetáceos, sirenios, quelonios, y sus hábitats.
Para el científico Jaime Bolaños, esta institución dedica una parte prioritaria de sus esfuerzos a suplir las deficiencias que existen en cuanto a la formación de talento humano especializado en este campo, “lo cual hacemos por medio de talleres de actualización en diferentes tópicos relacionados con la conservación de la fauna y ambientes marinos”.
Por su parte, Auristela Villarroel, directora de Proyectos de Sea Vida, anunció que la participación en el equipo internacional de científicos para conocer la diversidad biológica del mar de la Guyana Francesa, representa “un reconocimiento a la labor que Bolaños y el equipo humano de Sea Vida vienen realizando durante los últimos años para posicionar a Venezuela como uno de los países latinoamericanos que mayores esfuerzos dedica a la conservación e investigación de estas especies marinas”.

Perfil
Jaime Bolaños es miembro activo de la Sociedad Latinoamericana para el Estudio de los Mamíferos Acuáticos desde 2004, así como también integrante de The Society for Marine Mammalogy desde 1995. Tiene más de 20 publicaciones y 26 presentaciones en innumerables congresos nacionales e internacionales. Además de su trabajo como investigador de Sea Vida, se desempeña como Asesor Internacional para el diseño de la “Estrategia Nacional para el Desarrollo del Ecoturismo de Avistamiento de Cetáceos del Perú”, participa como invitado del comité científico de la Comisión Ballenera Internacional y miembro del grupo de expertos para el diseño del Plan de Acción para la Conservación de los Mamíferos Acuáticos de la Región del Gran Caribe.

viernes, 14 de marzo de 2008

Pessoas bem intencionadas que tentam fazer sua parte na conservação do planeta

Érica Montenegro
Da equipe do Correio
Brasil

Estamos engolindo
o cerrado

As cidades, as fazendas e os condomínios irregulares já comeram 362 mil hectares do cerrado brasiliense, de acordo com as mais recentes informações do relatório Probio (veja mapa nesta página). Apenas 37% da paisagem original de arbustos e árvores tortas continua intocada no Distrito Federal.
Estas reservas de vida selvagem estão restritas às unidades de conservação e aos morros, onde o relevo acidentado dificulta a ocupação de pessoas e a introdução de culturas agrícolas.
"Estamos no limite de ocupação do território", reconhece Edson Sano, pesquisador da Embrapa Cerrados. Ele foi um dos responsáveis pelo relatório Probio, que usou imagens de satélite para avaliar os estragos causados na savana brasileira.
"Na hipótese de aumento populacional, o DF teria de transformar áreas agrícolas em cidades", avalia o pesquisador. Na prática, isso já vem acontecendo, com os parcelamentos nas áreas rurais. Projetado para ter 500 mil habitantes, a capital do país tem 2,4 milhões de moradores, segundo a última contagem populacional feita pelo Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE).
Desde a inauguração, devastamos o equivalente a oito cidades do tamanho do Plano Piloto - o único núcleo urbano que estava pensado por Lucio Costa no projeto original. Quando comparado aos outros estados brasileiros em que o cerrado também está presente, o DF é, proporcionalmente, o quarto maior destruidor do ecossistema (veja quadro).
Está atrás apenas de São Paulo, Paraná e Mato Grosso do Sul. "A velocidade da destruição preocupa, o DF ainda não completou cinco décadas", alerta o professor da Universidade de Brasília (UnB), Donald Sawyer. Edson Sano é um desenvolvimentista. Significa que, para ele, os recursos naturais devem ser aproveitados economicamente e de maneira racional.
"Não precisamos desmatar nenhum hectare de cerrado a mais. Basta aplicarmos as tecnologias existentes para aumentar a produtividade", defende o pesquisador. Donald Sawyer aposta no desenvolvimento com conservação.
Na opinião dele, a vegetação precisa ser mantida para assegurar os serviços ambientais. "Não é por estética que as árvores devem estar de pé. É por sobrevivência, pela nossa sobrevivência", defende.
Serviços ambientais são favores que a natureza nos presta. A regulação da temperatura, o regime de chuvas, a absorção e a filtragem da água são exemplos de serviços ambientais. "Já temos fortes evidências de que o uso que estamos fazendo do planeta está desregulando as funções ecossistêmicas", explica Sawyer.
As árvores do cerrado arrancadas servem de exemplo para entender às mudanças provocadas pelo homem no meio ambiente. Quando substituímos árvores por cimento e asfalto, impermeabilizamos o solo. Com a impermeabilização, a água da chuva não infiltra e, conseqüentemente, não recarrega os lençóis freáticos. Ela escorre pela superfície, provocando as erosões e o assoreamento.
O resultado disso podem ser futuros problemas no abastecimento de água ou no fornecimento de energia elétrica. Ao desmatar para construir ou para plantar, o homem também influencia no ciclo do carbono, já que as raízes das espécies do cerrado são as principais fixadoras de dióxido de carbono da região. "Se a planta morre, o dióxido de carbono que ela fixava vai para a atmosfera. Quando a árvore é queimada, a emissão é imediata", conta Sawyer.
O dióxido de carbono ou gás carbônico é um dos causadores do "efeito estufa", que está provocando alterações na temperatura e no regime de chuvas. "Não é só São Pedro que está mandando chuva. É o Seu Pedro também", completa o professor da Universidade de Brasília.

Destruição
Na região de São Sebastião - densamente povoada na última década, os danos ambientais são comprovados em um simples passeio de carro. Os condomínios irregulares avançaram até a beira dos côrregos, provocando erosões e prejudicando a qualidade da água. A infra-estrutura é ineficiente, não há rede de captação de águas pluvias, tampouco esgoto ou coleta de lixo adequada. No final, toda sujeira acaba caindo dentro dos cursos d´água.
"Se a legislação ambiental tivesse sido respeitada, a mata ciliar estaria protegendo o côrrego", detalha o engenheiro florestal Helmo Lopes Tavares, perito do Ministério Público do Distrito Federal (MPDFT). Por lei, a ocupação urbana ou agrícola deveria manter pelo menos 30 metros de distância em relação às margens dos côrregos.
A função desta faixa de vegetação seria a de amortecer o impacto ambiental provocado pelo homem. Outro problema relacionado ao desmatamento é a destruição dos corredores ecológicos. Importantes para a sobrevivência das espécies e para a manutenção da biodiversidade, os corredores são caminhos usados pelos animais para passar de uma área natural à outra.
Os bichos transitam pelos corredores para buscar locais com comida mais farta e também para se reproduzirem. "A margens dos cursos d´água são corredores ecológicos naturais. Ao destruí-las, estamos confinando as espécies nas áreas de conservação", detalha Helmo Lopes Tavares.
No mapa da ProBio reproduzido nesta página, o leitor pode imaginar a sensação de pressão que os outros seres vivos que habitam o DF estão vivendo. Basta fazer de conta que ele vive em uma das áreas pintadas de verde, com o agravante de não ter ruas por onde transitar quando quiser dar um passeio.

Bom exemplo
Ela cultiva mudas

Ao entrar na casa de Beatriz Agostini Shakty, 61 anos, o visitante se surpreende com o nível de consciência ambiental. Tudo ali foi pensado para diminuir o impacto dela e dos outros moradores da casa na natureza.
A água é captada da chuva, o aquecimento do chuveiro vem de um painel de energia solar, o banheiro tem descarga seca (sistema que utiliza pó de serragem no lugar de água), o lixo orgânico vira adubo e o jardim é um cerrado vivo e, por isso mesmo, desordenado.
"Tem vizinho que estranha o meu jardim. Pensa que é descuido", brinca ela. Beatriz, mais conhecida como Shatky, é ecológica por gosto e não por profissão.
"Trabalhei a vida inteira em saúde, dentro de hospital. Comecei como faxineira, fui instrumentadora e cheguei a musicoterapeuta", conta a gaúcha, nascida em Erexim (RS).
"Mas, acho que tem a ver sim. Quando a relação entre a pessoa e o meio ambiente é ruim, ela tende a adoecer", completa o raciocínio. Presidente da Patrulha Ecológica - grupo brasiliense de voluntários fundado em 1985, Shakty também se encarrega de produzir mudas de cerrado no quintal de casa.
Trabalho que faz com a ajuda da amiga, vizinha e "patrulheira", Olinda de Melo. As plantinhas crescem sob um grande embiruçu, aguardando a hora de serem repostas à natureza. O cultivo começa com expedições ao cerrado para coletar sementes.
Logo depois, as sementes são plantadas em embalagens velhas de leite. Em seguida, serão mimadas com água e adubo orgânico para germinarem. "Para mim é uma alegria trabalhar com as plantas. Elas sempre te respondem", conta Shakty.
A Patrulha Ecológica adotou quatro nascentes no DF e também faz plantio de árvores em áreas públicas. É para estas áreas que a vida cultivada ali será transplantada. Mas, uma pergunta não pode deixar de ser feita.
A ecologista vive em um condomínio não regularizado, o Condomínio Verde, localizado na área da ESAF.
Ela diz que o endereço foi a resposta encontrada para a falta de políticas habitacionais voltadas à classe média. Conta também que seu esforço em minimizar os danos ambientais é para provar que os condomínios podem ser ecologicamente sustentáveis.
"Quero mostrar que podemos viver em harmonia com a natureza, sem destruí-la."

Estamos enterrando
a barragem

Uma garrafa de 300 ml com aproximadamente três dedos preenchidos por areia. A imagem serve para que se entenda o que está acontecendo com a barragem do Descoberto, principal fonte de abastecimento do Distrito Federal. Desde sua construção, em 1974, o lago do Descoberto já perdeu 17% de seu volume hídrico. Em outras palavras, a capacidade de armazenamento de água diminuiu de 91,9 milhões de metros cúbicos para 76 milhões de metros cúbicos.
A água que deveria estar no espaço perdido (15,9 milhões de metros cúbicos) é mais do que suficiente para abastecer todas as residências do DF durante um mês. A grande quantidade de terra e areia que hoje ocupa o fundo da barragem chegou ali por conta da ocupação urbana desenfreada.
"Apesar de ser uma área protegida, a pressão por moradia sempre foi enorme na região", relata o responsável pela Gerência de Proteção de Recursos Hídricos da Companhia de Saneamento Ambiental do DF (Caesb), Márcio Niemeyer Borges. Do lado do Distrito Federal, estão os condomínios irregulares que apareceram em Ceilândia e em Brazlândia e o parcelamento de chácaras na área conhecida como Incra 8. Do lado goiano, a situação é ainda pior.
A cidade de Águas Lindas, com mais de 130 mil habitantes, de acordo com a última contagem do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), continua a crescer sem infra-estrutura urbana e novos núcleos urbanos aparecem próximos a Padre Bernardo. Ao transformar um ambiente natural em urbano, o homem impermeabiliza o solo com asfalto e cimento.
A água da chuva que infiltraria na terra e abasteceria o lençol freático acaba escorrendo pela superfície. E, junto com ela, carrega areia, terra, vegetação e até lixo. Pelo caminho, a força da água provoca grandes cicatrizes no solo - as erosões, até chegar a um espaço onde fique armazenada. O lago formado pela barragem do Descoberto está numa área de relevo mais baixo, então todo o fluxo de água que vem das áreas urbanas próximas escoa para o reservatório ou seus tributários.
"O ritmo do assoreamento na bacia do Descoberto está muito acentuado e a tendência é que aumente ", alerta Sérgio Koide, professor da Universidade de Brasília (UnB) e especialista em recursos hídricos. Ele avisa que se o poder público não fiscalizar o uso do solo na APA do Descoberto, o DF vai ter problemas de abastecimento no futuro. "Estamos em uma das regiões com menor disponibilidade de recursos hídricos do país. É essencial cuidarmos daqueles que temos ", avisa.
No lado mais próximo de Águas Lindas, os prejuízos ambientais provocados à bacia do Descoberto já são visíveis. Vários processos de erosão estão presentes nas proximidades da BR-070 e nos terrenos que rodeiam a cidade. Para Márcio Niemeyer Borges, da Caesb, a criação de um sistema de captação de águas pluviais no município goiano é o problema mais urgente. "Precisamos de uma solução imediata. Um terço da cidade está dentro da APA, isso não deveria ter acontecido. É preciso encontrar uma solução para diminuir o impacto das águas da chuva", aponta.
Em agosto do ano passado, atendendo a uma recomendação do Ministério Público Federal (MPF), a prefeitura de Águas Lindas se comprometeu a aumentar a vigilância da ocupação do solo e a construir um sistema de contenção para as águas pluviais. Mas, até agora, as obras não começaram. Qualidade E não é só a capacidade de armazenamento do lago que vem diminuindo.
O índice de qualidade da água (IQA) captada na barragem do Descoberto também está piorando. Em 2000, o IQA médio da água era de 81,2 - o que a classificava como muito boa. No ano passado, o IQA médio foi de 72,2, na faixa imediatamente inferior, a de boa (veja quadro). "O declínio é pequeno.
Mas, mostra que já há uma interferência provocada pela ocupação da APA", explica Cláudia Morato Álvares, gerente de Monitoramento da Qualidade da Água da CAESB. Também influenciam no IQA, as técnicas agrícolas utilizadas pelos chacareiros estabelecidos ao redor da barragem. O uso de fertilizantes afeta a qualidade da água.
Por enquanto, o declínio do IQA não traz problemas para a água que é distribuída para 65% do DF. Mas, a médio prazo, pode gerar dificuldades durante o processo de tratamento. Se o IQA piora é necessário trabalhar mais na purificação da água, o que resulta em um aumento na conta que chega ao cidadão. "Já existe tecnologia para tratar água de qualquer qualidade.
Na Europa, eles tratam água que recebe esgotamento sanitário. Temos água de boa qualidade aqui, nossa obrigação é cuidar para mantê-la", explica Cláudia Morato. "Se o IQA continuar caindo, teremos que gastar mais no processo de tratamento. Este custo, inevitavelmente, será repassado ao consumidor final", completa a gerente de Monitoramento da Qualidade de Água da CAESB.
O curioso é que se a água da chuva tivesse sido absorvida pela terra, ela passaria por um processo de filtragem natural e chegaria bastante limpa à barragem do Descoberto. "O processo natural de purificação da água é eficiente. O problema são as modificações que o homem provoca no meio", lamenta o professor Sérgio Koide.
Depois de tratada, a água do Descoberto é distribuída para Ceilândia, Taguatinga, Gama, Guará, Samambaia, Riacho Fundo, Recanto das Emas, Águas Claras, Santa Maria, Núcleo Bandeirante e Candangolândia. O sistema Descoberto também reforça o abastecimento do Plano Piloto, Cruzeiro, Sudoeste e Lago Sul.

Bom exemplo
Ele cuida de nascentes

Ao entrar no Sítio das Neves, na BR-060, Eugênio Giovenardi , 73 anos, avisa que estamos penetrando em propriedade alheia. "Por favor, respeito. Aqui é a terra das árvores, dos bichos e das águas", ensina o escritor e sociólogo. Na propriedade de cem hectares, estão oito das nascentes que alimentam o Ribeirão das Lajes, um dos tributários do rio Santo Antônio do Descoberto. Ao encontrar uma delas - a dos Currais, Eugênio, com vigor físico de menino, ajoelha e prova um pouco da água.
"É uma delícia. Naturalmente pura", comemora. Comprado há 35 anos, o sítio das Neves é motivo de orgulho para Eugênio e a família. Quando ele chegou ali praticamente não havia vegetação nativa. "O dono anterior queimava o cerrado para fazer carvão. Era um homem muito humilde, não sabia o mal que estava fazendo", relata o ex-funcionário da Organização Internacional do Trabalho (OIT). As árvores retorcidas e as flores amarelas, chamadas de douradinhas do campo, que atualmente enfeitam a terra dão testemunho de que Eugênio Geovenardi está vencendo a destruição.
"Eu encontrei tudo devastado, agora vejo vida", conta ele que vai lançar o livro "A saga de um sítio", detalhando a história da recuperação da área. Para que o cerrado voltasse a florescer, Eugênio ocupou-se de assegurar a vida das nascentes. Plantou algumas sementes de espécies endêmicas perto de onde havia água. Também cuidou de criar pequenas barragens, usando pedras, para amortecer o impacto causado pelas águas da chuva. "Assim a água infiltra, eu a devolvo ao lençol freático", ensina ele. O resultado do esforço já se vê, é o início de uma mata de galeria nas áreas onde a água é mais abundante.
A consciência ambiental que Eugênio demonstra foi adquirida em suas andanças pelo mundo. "Como todo brasileiro, eu achava que para desenvolver era preciso desmatar", relata. "Mas, este tipo de desenvolvimento é falso. Destrói mais do que produz". Na Colômbia, onde trabalhou no atendimento a pequenos agricultores, ele percebeu que as áreas com mais água eram as mais prósperas na produção de alimentos. Os moradores delas não passavam fome. Nas ilhas Galápagos, ele entendeu que os seres humanos são apenas um dos inquilinos do planeta terra.
"Lá a vida é tanta que você é que desvia dos pássaros. E não, eles de você", recorda. Sempre que as chuvas chegam, Eugênio encontra lixo no Ribeirão das Lajes. São sacos plásticos, restos de construção e até tampas de privada. Estas desagradáveis vestígios da civilização no santuário do sociólogo se tornaram mais comuns nos últimos cinco anos, quando um loteamento surgiu logo acima do Sítio das Neves. Eugênio lamenta a existência deles, mas não capitula diante de sua proposta de preservar. "Desistir é uma tentação que volta e meia nos ataca. Mas, eu resisto porque sou parte disso.
Um dia voltarei ao solo e quero que ele esteja em boa qualidade para me receber", diz, bem humorado, o escritor e sociólogo.

sábado, 2 de febrero de 2008

Caura amenazada

La megadiversidad biológica, la diversidad cultural, la alta producción hídrica y los servicios ambientales prestados a la humanidad, no son razones suficientes para conservar la cuenca del río Caura, cuando de extracción de oro se trata

Evelyn Guzmán 
Venezuela

Aunque su superficie representa sólo un cinco por ciento del territorio venezolano, la cuenca del río Caura es considerada por muchos científicos como una de las últimas fronteras forestales de bosques húmedos del planeta, que se conserva prístina.
Sin embargo, su megadiversidad biológica, su diversidad cultural, su alta producción hídrica y los servicios ambientales prestados a la humanidad, no son razones suficientes para su conservación, cuando de extracción de oro se trata.
En días pasados, cerca de 600 mineros fueron desalojados por las autoridades militares en una nueva incursión a este ecosistema único en el mundo, luego que miembros de la organización indígena yek'wana "Kuyujani", denunciaran ante la Asamblea Nacional y los organismos de seguridad del Estado la presencia de mineros en la zona.
“Reconocemos que el trabajo es un derecho humano y como tal lo respetamos, pero debe ejercerse con responsabilidad, porque las consecuencias de esta práctica amenazan los derechos que todos tenemos, de contar con un ambiente sano, agua limpia, seguridad, tranquilidad y a una vida en armonía que tenemos los yek'wana y sanema que allí vivimos”, aseveró el coordinador general de Kuyujani, Arturo Rodríguez.
Aunque son diversas las amenazas que se ciernen sobre esta cuenca, desde el avance de la frontera agrícola y ganadera, la explotación ilegal de madera, la creación de una ciudad y hasta un posible aprovechamiento hidroeléctrico; la minería es la única actividad económica que está totalmente prohibida por las leyes venezolanas.
Tal como lo advierten científicos locales, el incremento de la actividad minera en esta cuenca, comprometería este ecosistema que presta un valioso servicio ambiental contra el calentamiento global al garantizar aproximadamente, el 0.14 % del oxigeno del planeta (la Amazonía aporta el 20%).
La cuenca del Caura se ubica al suroeste de Venezuela, abarcando los Municipios Sucre y Cedeño del estado Bolívar, el más grande de los 23 estados que conforman la geografía nacional. Se estima que el caudal promedio anual del río Caura es de 3.500 metros cúbicos por segundo, de los cuales 2.050 salen del Salto Para y los restantes 1.500 son aportados por los ríos Nichare, Mato, Tacoto, Sipao, Cucharo y Tigrera.

ESTADO MINERO
Desde la llegada de los españoles a estas tierras, han sido varios los intentos por explorar la misteriosa cuenca del Caura, pero lo intrincado de su selva y lo abrupto del Salto Para, la hicieron impenetrable, hasta que en los siglos 18 y 19, la avaricia de los explotadores de los aceites, las resinas, el balatá y la sarrapia impactaron negativamente no sólo sobre los frondosos bosques de la cuenca, sino también diezmando los grupos indígenas de la zona. Ahora, en pleno siglo 21, la “leyenda del Dorado” amenaza nuevamente la cuenca del Caura.
El director estadal del Ministerio de Ambiente, Hugo Núñez recuerda que desde hace 300 años, Bolívar ha sido un territorio minero, una actividad que va irrumpiendo en sitios de donde son desalojados por la fuerza militar, no obstante ser “una actividad que está absolutamente prohibida en la cuenca del Caura”. Explica que la labor del Ministerio se ha centrado en desarrollar programas de educación ambiental en los sectores mineros e indígenas del estado.
Pero la misma historia da cuenta de que ante una “bulla minera”, no hay conciencia ambiental que detenga al minero.
Para la antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (Uneg) Nalúa Silva Monterrey, no existe tradición minera en la cuenca del Caura, es por ello qu “los mineros ilegales han sido denunciados ante las autoridades y capturados infraganti", pero a su juicio, "una cierta parálisis institucional hace que se les deje libre y ellos regresen a cometer sus fechorías, sin embargo es una de las responsabilidades del Estado a través de sus instituciones resguardar esta zona y garantizar su conservación”.

BOSQUES ÚNICOS
“Los bosques del Caura poseen características que los hacen únicos. Por un lado en la parte baja presentan características orinoquenses y en la parte alta se presentan como los bosques amazónicos”, explica la antropóloga.
En efecto, un estudio científico llevado a cabo por el Instituto de Investigaciones Ecológicas Orinoco-Esequibo, Fundación La Salle, Wildlife Conservation Society y el Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad de Wisconsin (USA), da cuenta de la variedad de zonas de vida que existen en esta cuenca, las cuales van desde el bosque tropical seco al bosque montano húmedo.
En sus 5 millones de hectáreas, la cuenca del Caura alberga cinco áreas bajo régimen de administración especial: el parque nacional Jawa Sarisariñama, ecosistema de tepuyes (mesetas) únicos en cuyas cimas se encuentran las enigmáticas cavernas de 350 metros de profundidad vertical, con flora y fauna altamente endémica; el Monumento Natural Serranía de Maigualida e Ichún Guanacoco, además de la Zona Protectora Sur del Estado Bolívar, importante reservorio de agua donde se ubica la cabecera de varios ríos; y la Reserva Forestal El Caura, decretada así desde 1969 dado los valiosos bosques que posee.
Además, conserva el 17 por ciento de las especies florísticas del país y más del 32 por ciento de la fauna nacional y reporta una diversidad étnica representada actualmente por siete grupos indígenas: Ye`kwana, Sanema, Hotï, Pemón, Guajibo, Piapoco y Kariña.
La antropóloga Silva Monterrey advierte que la presencia minera pone en peligro todo esto e incluso la supervivencia de los pueblos indígenas.
Dijo que la obligación de resguardar este patrimonio, no sólo para los lugareños sino también para nuestros hijos y sus descendientes, los ye’kwana y sanema del Caura, llevó a los organismos de investigación regionales y a las instituciones con competencia en la zona, a comprometerse en buscar soluciones oportunas, “las cuáles parten de la toma de conciencia colectiva sobre la importancia de este reservorio de vida para nuestro país y del compromiso de todos para evitar su destrucción”.
CONSECUENCIAS PARA EL ECOSISTEMA RIBEREÑO
El impacto de la actividad minera en este ecosistema único viene siendo evaluado por un grupo de investigadores de la Uneg y Fundación La Salle, los cuales advierten sobre la inexistencia de medidas de descontaminación y reconstrucción, “económicamente viables”, para ser aplicados en este hábitat.
Los científicos explican que tanto los bosques ribereños como otras comunidades arbustivas actúan como reguladores de las características físicas y químicas de los ecosistemas acuáticos adyacentes, influenciando a su vez la biodiversidad de los mismos, a través de las cadenas biológicas: bacteria, fito y zooplancton, macroalgas, invertebrados terrestres y acuáticos, peces, mamíferos de agua dulce, batracios, reptiles, aves, así como algunos vertebrados terrestres.
Asimismo, explican que la minería dispersa en grandes áreas, tóxicos mercuriales generando una devastación ecológica por cuanto:
1 Destruyen los suelos
2 Aumentan la carga sedimentaria en los ríos con la consecuente alteración de su dinámica hidráulica, de los hábitat y biota ribereña existente
3 Desaparecen y extinguen las especies locales
4 Contaminan los peces con mercurio y por ende a las poblaciones humanas que los consumen
5 Disminuyen el recurso pesquero que es la principal fuente de sustento de las poblaciones del área
6 Sobreexplotan los recursos naturales por el aumento súbito de la población en la región
7 Promueven un aumento de la incidencia de enfermedades emergentes y endémicas.

ACTIVIDAD VERGONZOSA
El geólogo venezolano Henry Briceño, investigador de la Universidad Internacional de Florida es un crítico de la manera de actuar de los mineros ilegales. Sabe por experiencia que su actividad y proceder, violan con flagrancia toda la legislación ambiental, por eso expresa, sin ambigüedades, que esta actividad a la que califica de “vergonzosa”, es “ejecutada y financiada por extranjeros, especialmente brasileros, guyaneses y colombianos, en su mayoría ilegales, sin contar a los venezolanos que se unen a ellos sin importarles que se destruya el patrimonio natural del país”.
Como especialista en la materia ambiental, considera que “una actividad minera, al igual que cualquier actividad industrial debería: beneficiar al hombre que la realiza y a su sociedad; proteger el entorno natural donde se desarrolla, para que la actividad sea sostenible y crear riqueza, en el contexto de mejora de calidad y nivel de vida para la sociedad”.
Sin embargo, para Briceño la realidad es otra. Desde lo social, asegura que “el hombre que la realiza se va destruyendo moral, física y económicamente. El botiquín y la prostitución, el juego y las drogas van sustituyendo a su núcleo familiar y social”.
En el aspecto ambiental, opina que “la tala y la quema de bosques; la cacería y la pesca sin control; la remoción de suelos; la destrucción de cauces de quebradas y ríos; la contaminación con desechos de todo tipo y la contaminación irreversible con mercurio, de nefastas consecuencias para todos los ecosistemas”; y finalmente, Briceño se pregunta si al final se ha creado riqueza. “Pues no, no existen comunidades asociadas a esas actividades que muestren ningún signo de mejora en términos de salud, educación, higiene, servicios y permanencia”.
Briceño explica que este problema no se resuelve con operativos, por cuanto “al operativo y los abusos de ambas partes le seguirán las comisiones de alto nivel y ya saldrán los defensores de derechos humanos y de derecho al trabajo a abogar para que se les permita a los garimpeiros explotar la Cuenca del Caura bajo "vigilancia" del ejército o la Guardia Nacional y la "supervisión y asistencia técnica" del Ministerio de Minas y del Ministerio del Ambiente”.
Considera que sólo la existencia de líderes indígenas apoyados por los organismos del Estado, “serios y comprometidos con sus comunidades, concientes del peligro que representa esta depredación para el futuro de sus pueblos y ellos, si deciden con coraje bloquear el acceso a como de lugar, a este desvarío, será posible detener la afrenta y preservar el Caura”.

MEJOR ECOTURISMO QUE MINERÍA
Para el director de la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Fudeci), Omar Hernández el desarrollo sustentable al sur de Venezuela no debe basarse en la minería sino en un impulso al ecoturismo.
“Miles de turistas desean conocer la selva y sobre todo ver su fauna, con la minería lo primero que desaparece es la fauna”.
Considera que el turismo genera empleos y trae divisas sin aniquilar el ambiente, quedando la selva intacta. “La minería es pan para hoy y hambre para mañana, con el detalle que la selva quedará destruida y ya no podremos atraer a los turistas. Además el Caura es una reserva forestal, lo cual es peor, porque la minería acaba con el hábitat de miles de especies y al final no queda nada, sólo mucha gente pobre y un millonario. Como ejemplo están todas las reservas forestales que se explotaron en el país, ninguna fue recuperada como exige la ley”.
Hernández recuerda que la historia venezolana revela que la explotación minera y forestal siempre ha sido desastrosa para el ambiente y para los propios mineros y leñadores.
Al respecto señala que la situación en el Estado Amazonas es más crítica: “durante varias décadas ha sido imposible sacar a los mineros del Parque Nacional Yapacana, río Ventuari y recientemente en el río Siapa. Pareciera que los intereses pueden más que los gobiernos”.
El titular de Fudeci recuerda que en los países “civilizados” ya existen técnicas de extracción de oro que son cónsonas con el ambiente, pero muy costosas “y en Venezuela donde no existe fiscalización ambiental ni siquiera en Caracas; que le dejamos a las remotas zonas mineras”.
Hernández es pesimista con la posibilidad de aplicar alternativas ambientales de minería en Venezuela, “te lo digo por el caso de Amazonas donde la minería es ilegal y todo el mundo sabe donde están las minas y ahí siguen”.

URGE UNA POLÍTICA DE ESTADO
Para el biólogo e investigador de la Uneg, Darío Bermúdez, la minería artesanal es de muy difícil control por lo que este tipo de actividad, con el apoyo de mineros de mayores recursos económicos, es la que ha venido ocasionando serios daños en sitios ambientalmente frágiles en el Estado Bolívar.
“Existe bastante consenso en la región de que la causa principal de los problemas mencionados obedece a la ausencia de una política minera por parte del estado venezolano”, asevera Bermúdez para quien dicha política debe estar orientada hacia “la elaboración y aprobación de un Plan Integral de Desarrollo Minero con sujeción a las directrices y lineamientos del Plan Estadal de Ordenamiento del Territorio, así como también a la elaboración y aprobación de los planes de ordenamiento de las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial y sus respectivos reglamentos de usos”.
En tal sentido, el investigador reiteró que el manejo ambiental de la pequeña minería de oro y diamante de aluvión en el estado Bolívar debe realizarse “a través de una figura que maneje los problemas desde una visión holística y esto sólo lo podremos lograr desde una institución que maneje en forma clara, el concepto de la interdisciplinariedad”.

ENFOQUE SOCIOCULTURAL
El antropólogo e investigador de la Uneg, Sergio Milano apuesta por una perspectiva sociocultural y psicosocial sin olvidar el componente ecológico.
“Unos de los principales problemas de que ha adolecido la política minera oficial desde que la conozco, es asumir que el problema minero es de característica técnico-económicas, por tanto, que debe ser dentro de este ámbito donde se encuentra la solución. Repetidas veces hemos sugerido a las autoridades competentes que el eje de acción debe ser cultural”.
“El pequeño minero se sustenta sobre elementos culturales mágico-religiosos que es donde se organiza el proceso productivo, lo que implica que cambiar estos modos de producción chocarían con modos de ser, de pensar, y de organización familiar”.
Las experiencias que ha tenido como investigador social en el área minera de Las Claritas, Km. 88 y del Bajo Caroní, así lo confirman. Aún más, Milano destaca la importancia del papel de la mujer en la organización familiar, “eso obliga a que el plan de diversificación económica tenga como eje a la mujer, es un elemento cohesionador del núcleo familiar. La mujer va a nuclear al niño y lo inserta en otro modo de producción al cual progresivamente se sumará el marido minero”.
CRISIS PARA REFLEXIONAR
“Las crisis son buenas porque sirven para que la gente reflexione”, dijo alguna vez la antropóloga Nalúa Silva Monterrey y este es el momento de asumir el compromiso de la corresponsabilidad que obliga en su artículo 125, la Carta Magna de Venezuela: “proteger el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro”. ¿Cómo hacerlo?
“Bueno, si ustedes conocen a alguien con poder para actuar en esta problemática llámelo y plantéele la situación, no podemos permanecer impasibles. Pongamos entre todos nuestro granito de arena”, menciona tajante Silva Monterrey, defensora a ultranza de la última cuenca prístina del mundo tropical.
Lo cierto es que, como una espada de Damocles, la minería ilegal amenaza permanentemente, no sólo los ecosistemas del Escudo de Guayana, sino también la diversidad cultural y el desarrollo turístico del estado Bolívar. Sin embargo, hablar de la minería ilegal genera toda clase de contraposiciones, más aún cuando se está consciente de la potencialidad minera de un estado como Bolívar donde a la vez, y en demasía, se encuentra el 82% de los bosques del país, las más imponentes bellezas naturales que son Patrimonio Mundial de la Humanidad y la cuenca hidrográfica con mayor extensión de pristinidad del mundo tropical, como es la cuenca del río Caura.
Lograr crear la sinergia necesaria para integrar el sistema humano y el sistema natural en búsqueda de un manejo racional, apegado a las leyes venezolanas, será el reto y el compromiso que debe asumir el Estado venezolano... y el Estado somos todos.