jueves, 8 de febrero de 2007

Costa Rica tiene sólo el 1% del mercado mundial de carbono

El país vendió a Noruega primeros certificados en febrero del 1997A pesar de ser pionero, solo ejecuta seis de los 493 proyectos del orbe. Venta mundial fue de $4.000 millones en el 2005

Alejandra Vargas M.
Diario La Nación
Costa Rica

Costa Rica solo controla un 1% del mercado mundial de venta de los certificados de carbono, a pesar de que la creación de estos títulos fue ideada aquí hace una década.
En el año 1997 el país diseñó el instrumento para vender al mundo el servicio de proteger la naturaleza y cobrar al menos $10 (¢5.200) por cada tonelada de carbono que se dejaba de emitir a la atmósfera desde cualquier lugar del mundo. Sin embargo, a 10 años de esta idea pionera, en Costa Rica se desarrollan solo seis de los 493 proyectos registrados por la Junta del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto. Según relata René Castro –asesor internacional y extitular del Ministerio del Ambiente y Energía (Minae)–, el 6 de febrero del 1997 Noruega pagó al país $2 millones por evitar la emanación de 200.000 toneladas de carbono. En diciembre de ese mismo año la iniciativa fue presentada entre halagos y adoptada como una medida obligatoria para los países desarrollados en el Protocolo de Kioto. Fue entonces cuando nació el mercado de la venta de certificados de carbono. No obstante, el Protocolo de Kioto se ratificó hasta en el 2005 y durante esos ocho años hubo gran incertidumbre y carencia de normativa legal y comercial. "La venta de los títulos de reducción de carbono no prosperó como se esperaba por falta de políticas mundiales claras para ello", aseguró Castro.
Mientras el Protocolo de Kioto esperaba su ratificación, empresas privadas, países como China e Indonesia y el mismo Banco Mundial se aventuraron por su cuenta e iniciaron sus propios negocios de venta de reducción de emisiones y, como consecuencia, se apoderaron del mercado mundial. Este es el primer certificado de reducción de carbono que se emitió en la historia.


INCAE para LN En el 2005 la venta de certificados de reducción de carbono fue de $4.000 millones y de ellos Costa Rica recibió menos de $20 millones. El panorama puede variar un poco a corto plazo pues otros proyectos de cooperativas y empresas privadas costarricenses se preparan para vender certificados de reducción de emisión de carbono.


Sacudida Carlos Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente y actual asesor de la organización Conservación Internacional, explica que la venta de servicios ambientales en Costa Rica está muy avanzada y para nada estancada. Rodríguez aclara que el mercado de certificados de carbono ratificado por Kioto solo contempla la contaminación por concepto de quema de combustibles fósiles para la producción de energía o para el uso de vehículos. "En cambio, Costa Rica también vende otro tipo de servicios ambientales que contemplan el costo de la deforestación", explica Rodríguez.
"Costa Rica no se quedó quieta. A falta de acciones concretas con la ratificación de Kioto, aquí se ideó –a nivel interno– otro tipo de mecanismos a los que se les denominó pago de servicios ambientales", explicó. Rodríguez recuerda que los costarricenses pagamos un impuesto sobre la compra de combustibles que contempla de antemano el precio de fijar el carbono que se va a emitir. "Este mercado mueve hasta $15 millones cada año", asevera. Este dinero es manejado por el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal y tiene 11.000 beneficiarios.


Proyectos aquí
Proyecto Cote Esta planta hidroeléctrica del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) produce energía limpia. El ahorro en emisiones de dióxido de carbono –que se daría si esta energía se produjera quemando combustibles fósiles– se vende mediante certificados de reducción de emisiones de carbono. Esos certificados se negociaron por 10 años y se espera que se perciba un beneficio de $1.000.000.


Proyecto Río Azul Este es un plan de generación de energía a partir de biogás de la empresa Saret. Fue negociado por 10 años y recibirá un beneficio de $2 millones.


Proyecto Tejona Este proyecto de energía eólica del ICE, en las cercanías del lago Arenal, fue negociado por un período de 10 años, por $3 millones.


Fonafifo El Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo) es un proyecto ejemplar a escala mundial. Tiene un proyecto de aproximadamente $1 millón por concepto de reforestación con el Banco Mundial.


Proyecto La Joya Este programa hidroeléctrico se desarrolla en el país bajo la tutela de una empresa española. Los créditos se negociaron por $5 millones

jueves, 1 de febrero de 2007

Agua que no has de beber...

Por Carla Alonso, Beatriz Michell, Felipe Gianoni
La Nación, Chile

El vital elemento escasea y las cuentas de la luz se elevan por las nubes. Esa máxima mueve a la empresa eléctrica más grande del país, que ve engrosar sus utilidades año a año. Desde su privatización, esta multinacional ha acumulado derechos de agua sin contrapeso y algunos de ellos hoy son cuestionados judicialmente. Una batalla en ciernes que apunta al proyecto estrella de los ríos Baker y Pascua

A partir de marzo, cerca de 1.500 propietarios deberán cancelar por no usar el agua que pidieron para regadío o desarrollar energía eléctrica. Sin embargo, de ese grupo de afectados Endesa sale casi inmune: por siete años no pagará un peso. Por lo menos en la Región de Aysén, donde la generadora eléctrica de capitales españoles posee el 98% de los derechos de agua. En esta zona está la mayor apuesta de esta empresa, que junto a Colbún proyecta construir hasta cinco represas en los ríos Pascua y Baker.
El plan ha supuesto el rechazo de los líderes ambientalistas nacionales y extranjeros, como Bobby Kennedy Jr, quien encabeza un lobby para impedir la construcción de las represas (Ver recuadro).
La reforma al Código de Aguas, aprobada en julio de 2005, luego de 13 años de intenso lobby y debate parlamentario, estableció que todo caudal que no se utilice para obtener electricidad o para consumo debe ser cancelado a través de una patente. Como nada es gratis, se acordó que el Estado recibirá 300 megawatts en reposición a los derechos de agua solicitados. “La zona austral tiene siete años de gracia establecidos por la ley para las empresas”, cuenta el senador RN Antonio Horvath, uno de las pocos parlamentarios de la Alianza que no se opuso a la reforma.

LA DÉCADA DEL LOBBY
Corría 1998 y la reforma al Código de Aguas estaba en plena negociación parlamentaria. En ese entonces, Endesa tenía un 58,8% de los derechos de aguas sin usar (lo que equivale al caudal de dos veces el del río Baker); también otro 42% en trámite. Le seguía Colbún, con un 14,1,% sin uso, y un 19,1 en trámite. El entonces ministro de Obras Públicas, Ricardo Lagos, fue enfático al señalar que no se podía aceptar que todo quedara como estaba. “No está bien y cada año que pase serán mayores los problemas, ya que el agua cada vez será más importante y cada vez más escasa. Uno de los dilemas es que “conseguir derechos de agua del Estado y mantenerlos en el tiempo, aunque sea sin uso, es gratis”. La preocupación de Lagos se topaba con “la oposición política de la derecha. En 1997, los diputados de la UDI y RN fueron en masa al Tribunal Constitucional diciendo que el cobro de patente era ilegal. Se oponían porque lo veían como un atentado contra la propiedad”, señala un ex director de la Dirección General del Agua (DGA), que impulsó la reforma del Código de Aguas. “Víctor Pérez se opuso desde la Cámara de Diputados y Evelyn Matthei desde el Senado. Hernán Hochschild, ex presidente de Sonami, también se opuso, junto al Instituto Libertad y Desarrollo”.
Fuentes del Congreso confirmaron a LND que la gremialista sería la principal defensora de Endesa frente a la modificación al Código de Aguas. “Es evidente el lobby que la senadora desplegó. Es cosa de ver las diferentes indicaciones en los informes preparados por la comisiones del Senado”, afirma un parlamentario. Consultada por LND, la senadora Matthei declinó referirse al tema, excusándose de hablar sobre la acusación en su contra. Sin embargo, un ministro sectorial asegura que quien propuso excluir del pago de la patente a la zona austral fue la senadora UDI. Zarko Luksic, subsecretario del Trabajo, sostuvo en marzo de 2005 que “Endesa tuvo un lobby muy activo” durante la discusión de la reforma del Código de Aguas.

EL NEGOCIO ESPECULATIVO
Qué habrá motivado a Endesa a concentrar tantos derechos de agua en nuestro país es una pregunta que, para muchos, tiene una respuesta clara. Un ex director de la DGA asegura que “simplemente buscaba tener toda el agua y no construir. Así, cuando hay menos oferta y más demanda de energía, los precios suben”. Y mal no le ha ido a la eléctrica. En 2006, las lluvias y la alta demanda ayudaron a que las empresas dispararan sus utilidades. Enersis ganó 530 millones de dólares, mientras que Endesa Chile hizo lo propio con 351 millones. Chilectra, en tanto, registró ganancias por unos 430 millones. El negocio es cada vez más auspicioso.
Los abogados ambientalistas Álex Quevedo y Lorenzo Soto están estudiando la posible irregularidad de los derechos de los ríos Baker y Pascua adquiridos por Endesa durante su privatización. De confirmarse, no descartan realizar impugnaciones al proceso de adjudicación. “La empresa se vendió con todos sus activos, incluyendo los derechos de aguas, que son bienes nacionales de uso público. La pregunta es si al transferirse estos derechos no se produce la violación de la Constitución y el Código de Aguas. Creo que sí, y eso constituiría una irregularidad”, advierte Soto. Según un ejecutivo de Enersis, Endesa se privatizó con los derechos que tenía la empresa cuando era estatal. “No hubo separación con los otros activos y en el precio de la privatización se pagó como un activo más. Eso consta en los balances financieros de la época”. Para un importante ministro sectorial, Endesa no sólo se quedó con buena parte de los derechos de aguas, sino que con “toda la información hidrológica relevante del país. El Estado debió sacar los derechos de aguas antes de la privatización, y no entregar más derechos, o entregarlos a aquellos que quisieran hacer proyectos de verdad”.
Gustavo Manríquez, director de la DGA entre 1990 y 1994, explica que Endesa estatal construía sus propias mediciones de aguas, de manera de llevar un mejor control. “Esas mediciones se las entregaron a la Endesa privada y ahora no la sueltan. Tienen información privilegiada. Cuando estaba en la dirección, le pedimos a Endesa que entregara los datos, pero nos dijeron que eso tenía un precio”, denuncia. Para el economista de la Universidad de Chile Andrés Gómez Lobo, la privatización de Endesa con todos los derechos de aguas y los estudios técnicos de los proyectos hidroeléctricos fue extremadamente desafortunado. “Esto, más el control de la infraestructura de transmisión en el Servicio Interconectado Central, constituyó un perjuicio para la competencia durante los años ’90”, sentencia el especialista.

ÚNICA, GRANDE Y NUESTRA
La hidroeléctrica siempre fue el segundo sueldo del país, después de Codelco, por su liderazgo indiscutible en materias de electrificación desde 1943. Por lo mismo, se le daba el carácter de empresa estratégica y ni siquiera los uniformados estaban muy convencidos de la maniobra privatizadora, que empezó en 1978. “Endesa fue el gran puntal del desarrollo del país. Por eso los militares no querían privatizarla. Siempre entendieron que era una empresa clave”, sostiene un ex alto personero de la empresa. La interpretación por parte de los directivos era clara: reducir altos costos de infraestructura. Sin embargo, las decisiones finales nuevamente provinieron del equipo económico dirigido por el ex ministro de Hacienda Hernán Büchi.
La estrategia de Pinochet de poner a castrenses en el directorio de la eléctrica no sirvió de mucho, como al general del Ejército Jaime Concha Pantoja, involucrado en el caso de tráfico de armas a Croacia. Tampoco tuvieron éxito los brigadieres (R) Bruno Siebert y su subsecretario, Patricio Díaz. Este último fue director de la filial de Famae, Arcomex, hasta el 2004 y procesado por Caravana de la Muerte. A finales de los ’80, Endesa contaba con más de la mitad de la producción y distribución eléctrica, además de la mayoría de derechos de aprovechamientos de aguas para generación. Desde Enersis –otra hidroeléctrica, anteriormente conocida como Chilmetro, privatizada en 1987–, el empresario José Yuraszeck armaba un completo plan de adquisición de acciones, en el cual se contabilizaban como activos el traspaso de los codiciados derechos de aguas.

EL ASCENSO DEL TUCÁN
La llegada de Yuraszeck a los directorios de las principales hidroeléctricas del país se remonta a los primeros años de la dictadura. Su inicio profesional se gestó gracias al fallecido “Chicago Boy” Miguel Kast –hermano del diputado UDI José Antonio Kast–, quien lo llevó a Odeplan como seremi en la XI Región. Las vueltas de la vida mostrarán más tarde su ascenso como subdirector del mismo órgano estatal, en donde cultivó las confianzas necesarias con el reducido número de empresarios, para luego convertirse en el amo y señor de las aguas territoriales de Chile.
“Enersis comenzó a comprar acciones de Endesa a finales de 1989, cuando ya estaba privatizada. El 91% de las acciones de la empresa fueron compradas durante el Gobierno del ex Presidente Patricio Aylwin”, afirma Yuraszeck. Sin embargo, hasta el 23 de diciembre de 1988, el 20% de las acciones de Endesa aún pertenecían al Estado. “Entre los activos de Endesa estaban los derechos de aguas en una serie de cuencas”, afirma Yuraszeck, y luego fueron traspasados como activos en un valor difícil de calcular por la escasez de mercado y las diferencias de precio ante la abundancia de un recurso poco explotado en las zonas extremas del país.
A comienzos de ese mismo año, la participación de la estatal ascendía a más del 75%, junto con los propios trabajadores de la empresa (8%) y las incipientes ganas de las AFP por ingresar al popular staff de accionistas de la eléctrica. Reducida la participación de los trabajadores al 1,6% en 1995, hoy la situación patrimonial de Endesa está compuesta por un 60% de Enersis y un 21% de las AFP. El de Endesa fue uno de los casos de privatización más dudosos y con pésimos resultados para las arcas estatales, avaluados por la Contraloría en alrededor de mil millones de dólares en pérdidas a principios de los ’90. Una vez en el directorio de Endesa, en 1990, Yuraszeck y Piñera iniciaron una campaña de externalización de la empresa con provechosos resultados, invirtiendo en potentes zonas eléctricas en Argentina, Brasil, Colombia y Perú, lo que explica las crecientes utilidades del año pasado. Junto con esto, la adquisición de Endesa por parte de Yuraszeck a través de las sociedades Las Chispas (Chispa 1 y 2, Luz y Fuerza, Los Almendros y Luz) significó uno de los escándalos más bullados del decenio pasado, cuando finalmente Endesa pasó a manos españolas en una transacción en la cual sus utilidades alcanzaron 500 millones de dólares para los principales accionistas de la sociedad, entre ellos el ex Odeplan.

EN LAS CUERDAS
Actualmente, Endesa está siendo acusada de prácticas monopólicas por parte de las sociedades ganaderas de la XI Región y por empresas que quieren ingresar al sector hidroeléctrico. La sociedad HidroAysén, a través de la cual se realizaría el proyecto de las represas en los ríos Pascua y Baker, tiene al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia estudiando desde comienzos del 2006 la situación. No es para menos si se considera que, según la DGA, Endesa acapara el 98% de los caudales en Aysén, y unida a Colbún, el riesgo de monopolio sería inminente. Mientras, la transnacional minera suiza Xstrata –ex Falconbridge– ya sufrió los efectos de querer ingresar a un mercado tomado por Endesa. Los temores de la competencia alertaron a la Fiscalía Nacional Económica, quien sugirió al tribunal que si aprueba el proyecto Aysén, Endesa y Colbún deberán renunciar a los derechos de aguas que actualmente tramitan en la zona. En ese caso, la guerra del agua tendría una tregua sin referentes para Endesa: no podrá solicitar nuevos derechos con fines hidroeléctricos. LND

Bobby Kennedy Jr.: “Chile está vendiendo su tierra”

Por Gloribel Delgado
San Juan de Puerto Rico
Ya es común para Bobby Kennedy Jr. mirar a Latinoamérica y sentir ganas de luchar. Desde sus primeras visitas a Chile bajo el gobierno de Allende, el abogado ambiental vive enamorado de esta tierra. Y está dispuesto a luchar hasta parar la construcción de las represas propuestas por Endesa en la Patagonia chilena. El abogado norteamericano Bobby Kennedy Jr. es capaz de pasar sus días en la cárcel por tal de defender las tierras de otro país, que no sea el suyo. No importa la distancia, Kennedy se atreve a subir a algunos de sus amigos de Hollywood a un avión y les pide que lo acompañen algunos días tras las rejas, por tal de crear presión pública y ser solidario con las comunidades que necesitan defender sus tierras de la destrucción de sus recursos naturales. Así lo hizo en el verano del 2001, cuando llegó a Puerto Rico junto al actor mexicano Edward James Olmos y entró a lo que en aquel entonces eran territorios ocupados por la Marina de Guerra de los Estados Unidos. El lugar era utilizado para prácticas de tiro y bombardeo en la pequena isla de Vieques, causando daños detrimentales a los ecosistemas marinos. Kennedy no lo pensó mucho.
Pasó el perímetro designado por el gobierno norteamericano y fue a la cárcel por 30 días. Cumplió su condena, junto a otros activistas ambientales. Y allí se perdió el parto de su tercer hijo, que al nacer, lo bautizó con el nombre de la isla, Vieques. Para Keneddy, es fundamental que sus palabras vayan acompañadas de acciones y en este contexto, estuvo el pasado jueves en Puerto Rico en una cena de recaudación de fondos para el periódico de oposición gubernamental, “Claridad”. En medio de una cena concurrida hizo un aparte para hablar de Chile, uno de sus lugares favoritos en el planeta.



- ¿Qué acciones desarrollará en el marco de la campaña contra las represas de Endesa en los ríos Baker y Pascua?
- Intento pararlo. Estamos trabajando con grupos locales para enfrentar ese grupo español. Porque es un proyecto malísimo. Chile tiene más recursos energéticos a través de la conservación, como es la energía solar o la energía eólica. En vez de invertir millones de dólares en la producción de kilovatios, el país ganaría más si invierte en la conservación.


-¿Qué piensa sobre los derechos de agua que posee Endesa en la Patagonia?
-Es terrible. ¿Por qué el gobierno chileno ha permitido que unos millonarios europeos destruyan una de las posesiones más valiosas que tienen? Se están robando los recursos de Chile.
-¿Sabía que tiene el 98% de los derechos de los ríos de la zona?
-Lo que realmente sé es que ese trato apesta. Chile está vendiendo su tierra, su lugar de origen, el legado de sus niños y niñas, a cambio de una caja de promesas vacías.
-¿Sabía que Endesa no deberá pagar por no usar los ríos y sí lo harán los pequeños propietarios de agua?
-Ese trato apesta!
-En Chile, Endesa tiene el monopolio del recurso hídrico, ¿qué peligro representa siendo un recurso tan escaso a la vez?
-Si Endesa realmente cree en este proyecto, que ellos paguen la construcción de carreteras y líneas eléctricas. Tienen que hacerles firmar una garantía, un documento para que se comprometan con esto. Pero la verdad, esto es un mal proyecto desde sus inicios.