jueves, 4 de octubre de 2007

Un jardín de infancia lleno de ballenas







Son madres dedicadas, madres tan pesadas como siete elefantes. Pero sus hijos no se quejan. Cada año, más de mil ballenas de la variedad franca austral arriban a las aguas bajas y limpias del Golfo Nuevo, en Chubut, para aparearse, con sus crías o listas para parir. Allí, de mayo a diciembre, un imponente jardín de infantes despliega sus secretos marinos ante el ejército de turistas y científicos que se vuelven chiquitos, de tanto asombro que tienen

Ximena Pascutti y Patricia Veltri
Revista Rumbos
Grupo La Nación
Argentina

Hay que ser ballena franca o trabajar en Hollywood para saber qué se siente. Solo en el año 2006 ingresaron al área natural protegida de Península de Valdés cerca de 110 mil turistas para conocerlas, según datos de la Subsecretaría de Turismo de Chubut. Casi un Gran Hermano que las espía. “El avistaje de ballenas y la visita a la colonia de pingüinos de Punta Tombo son los principales atractivos que busca el turista y generan importantes ingresos a la provincia, junto con las regalías petroleras”, asegura Hernán Moroni, licenciado en ciencias naturales y asesor del ente en cuestiones de conservación. “En concepto de canon, Chubut recibió el año pasado de las empresas de avistaje unos 500 mil pesos, a los que se suman más de un millón y medio de pesos por entradas al área natural”, precisa el experto. Además de lindas y buenas, las ballenas traen suerte.

Antonia, mon amour
Como los padres de gemelos capaces de distinguir a golpe de vista a sus hijos, el biólogo cordobés Mariano Sironi puede reconocer a Antonia, Cassiopeia, Espuma o a cualquiera de las 1.800 ballenas francas identificadas en las últimas décadas en la Argentina, a partir del dibujo de sus callosidades y de las horas eternas de fotografías y observaciones en Península de Valdés. Hoy es el director científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), la única ONG que se dedica exclusivamente a la protección y estudio de estos cetáceos, y tal vez el argentino qué más los conoce.
Egresado de la Universidad Nacional de Córdoba con el primer promedio en su carrera, Premio Universidad por sus calificaciones, doctorado en ballenas por la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos (gracias a una beca de la Fundación Fulbright), Sironi pertenece al grupo de los que desde siempre supieron qué iban a ser cuando fueran grandes. Aunque no pudo ser así desde el principio, casi por una cuestión práctica: vivía –vive- en la capital de una provincia mediterránea. Fueron entonces los bichos serranos sus primeros “estudios de campo”, como denomina al trabajo de relevamiento, captura y devolución de anfibios, reptiles, aves y mamíferos de la reserva natural Dique de la Quebrada en Río Ceballos que realizó durante cinco años.
Unos cuantos meses al año habita otra casa, lejos de Córdoba, sobre un acantilado chubutense que domina el territorio de las ballenas. Allí se queda desde principios de septiembre hasta el día de diciembre en que parte la última de ellas de Península de Valdés.
“Lo más cerca civilizado que tengo es Puerto Pirámides, a 40 kilómetros, y a 90, Puerto Madryn -describe enfundado en un buzo polar con apliques del ICB- adonde voy a comprar provisiones cada dos semanas en un jeep que ya pide pista. Hace un frío de morirse, no hay calefacción, ni luz eléctrica, ni teléfono ni internet. Muchos se preguntan cómo puedo pasar tantas horas solo y sin hablar con nadie. A mí me encanta. Me levanto cuando amanece, desayuno, preparo una vianda que llevo en la mochila y ahí parto con cámara de fotos, birome y cuaderno. Camino un kilómetro y medio hasta el observatorio que yo llamo mi oficina: el borde de un acantilado desde donde hago el trabajo de avistaje y observación”.
Para el común de los mortales, vive en la más absoluta de las soledades, a menos que se considere compañía una huerta de rabanitos y el sonido que emiten las ballenas. “Ellas (lo dice como si fueran sus mascotas) se comportan como si uno no existiera. Pero la fantasía es que hay una interrelación con uno. Cuando hago el trabajo desde el bote se quedan muy cerca, las madres se pasean o amamantan a sus crías. Eso nos permite, por ejemplo, tomar muestras de piel con dardos”, ejemplifica.
Unas 300 muestras de piel permiten realizar estudios y sacar conclusiones. Por ejemplo, determinar de qué se alimentó la ballena antes de su arribo, y de ahí que se pueda saber de dónde viene. Sin embargo, cuando parten, es un misterio. Jamás se conoce el destino. Se mueven solitarias. Pueden ir a 500 metros o dos kilómetros separadas una de otra. Se comunican por percepción acústica. La hembra siempre va acompañada por la cría. En cambio, el macho lo hace solo. Copulan en grupo, por lo que se dice que las ballenas son “promiscuas”. Nunca se sabe cuál es el padre. Por lo tanto, el padre tampoco cuida.
En 1993, unos meses antes de recibirse, Sironi fue a trabajar como asistente de campo en un proyecto sobre lobos marinos, en Punta Norte, en Península de Valdés. “Fue una experiencia hermosa, pero a mí me gustaban las ballenas. Al año siguiente, conocí a la experta Victoria Rowtree. Justo estaban buscando sumar a un biólogo argentino. Paralelamente, otros especialistas, Roxana Schteinbarg y Diego Taboada ya habían conocido al fotógrafo John Atkinson y se habían enganchado con el trabajo. Así fue que coincidimos y formamos la sede Argentina”.
Antes, a los 23 años, Sironi había hecho una experiencia de tres meses en los Alpes Suizos en un instituto de conservación de murciélagos. En su casa de Córdoba, en la bañadera, estudiaba a unas 50 0 60 boas constrictoras.

Ballenas con DNI
“La primera experiencia de campo en Península de Valdés –recuerda- fue en el ‘95. El trabajo se divide en tres partes. Primero, y durante unos tres días, se hace un relevamiento aéreo, se sobrevuela todo el perímetro de la costa fotografiando cada ejemplar. El objetivo es la foto identificación. Lo hacemos en la segunda semana de septiembre que es cuando se concentran la mayor cantidad de ejemplares (los primeros comienzan a llegar en abril). Ese material luego se clasifica. Cada ballena tiene un dibujo único que aportan las callosidades, que es eso blanco que se ve a simple vista y distingue a la ballena franca. Por eso, podemos identificarlas. Inclusive tienen nombre”.
El paso siguiente es el que se realiza por agua, en bote, cuando se toman las muestras de piel. El último es por tierra: el avistaje y observación que parecen ubicar a Sironi en su lugar en el mundo.

Las callosidades son como las huellas dactilares
Es su característica exclusiva. Fueron descubiertas por el investigador Roger Payne, a comienzos de los ’70, y suelen estar cubiertas por unos crustáceos anfípodos llamados “ciámidos”, que son como los piojos de las ballenas. La madre se los contagia a la cría apenas nace. Se las reconoce, también, por la cabeza grande (un tercio del largo del cuerpo), aletas pectorales anchas y cortas; no tiene aleta dorsal; el cuerpo es normalmente negro, a veces con manchas blancas, grises o marrones; y porque tiene manchas irregulares blancas en el vientre.
El área de cría es la península. La gestación dura un año y pueden volver a procrear cada tres. En las primeras semanas de vida las crías pueden aumentar hasta 150 kilos por día, y se amamantan durante un año. Está en condiciones de procrear a partir de los 7 años. Se calcula que tienen una longevidad de 65 años, aunque podrían ser más añosas: “En Alaska, donde hay poblaciones indígenas que viven de la caza de ballena, recientemente se encontraron, dentro de animales muertos, arpones y puntas de flechas de esquimales, de hace más de 200 años”, indica Diego Taboada, director del ICB.
Desde que se la protege, se estima que la población aumenta por año en un 7 por ciento: unos 5.000 ejemplares en la actualidad, de las cuales casi 2.000 están identificadas por el ICB.
La población está dividida en tercios. Es decir, cada año llega a Chubut una tercera parte de lo que se calcula, según el principio de captura y recaptura.

Peligro en las aguas

Pero no todo es idilio en la vida de estos cetáceos. En el ICB reconocen que hubo épocas en las que a la ballena franca austral se la cazaba para utilizar su carne, considerada de alto valor. “Porque nadaba cerca de las costas, era lenta y cuando moría flotaba debido a su gran cantidad de grasa corporal. De allí su nombre, ballena franca, o correcta, porque era fácil de atrapar”, aclara Boada.
A principios de la década de los ‘70, la especie corrió serio peligro: solo se conocían vivos unos 400 ejemplares. Pero en 1982 se prohibió finalmente la cacería comercial de ballenas en todo el mundo: no se cumple a rajatabla, pero limita en algo la matanza. “Hay contradicciones jurídicas, porque la caza para consumo está prohibida, pero no la comercialización de la carne, que se sigue vendiendo en Corea y Noruega, entre otros”, advierte Taboada, quien asegura que los choques con embarcaciones y las profundas heridas con las hélices también son problemas frecuentes. Pero uno de los más graves, dice, es el continuo ataque de las gaviotas cocineras a las ballenas: se comen sus crías y horadan el lomo de las madres, donde provocan heridas profundas, como agujeros. “Es un problema de los últimos diez años, prácticamente único en el mundo –sostiene Taboada-. Sabemos que en Sudáfrica ha pasado, y está totalmente asociado al descarte pesquero y a los basurales a cielo abierto. Si los Estados no toman medidas es muy difícil revertirlo”.
Otras veces se las molesta, poniendo en riesgo su hábitat y su enorme paciencia. Aunque en Chubut existe ley provincial 4722, que protege y preserva a la ballena franca austral, “algunos operadores turísticos permiten o estimulan el buceo alrededor de las ballenas, algo que incluso puede llegar a ser peligroso para el nadador”, previene Taboada. “También es un problema importante la contaminación acústica de la zona, provocada por los barcos. No nos gustaría que las ballenas decidieran migrar con sus crías hacia otras zonas”.
Desde la otra campana, la de los operadores turísticos, se jura respeto sagrado por ese templo azulado de la costa argentina. “No nos acercamos cuando están copulando ni las molestamos”, asegura Gustavo Walter, gerente comercial de Cuyuncó Turismo, quien desde hace 35 años desarrolla su actividad en la Península de Valdez.
La excursión completa (traslado terrestre y avistaje) ronda los 200 pesos, en lanchas de casco en v de 75 pasajeros. Un paseo solo de avistaje, pero exclusivo -solo 20 personas y en botes semirrígidos-, cuesta unos 160. El uso de salvavidas y cascos especiales no inflamables es, según Walter, obligatorio. Las lanchas deben tener además balsas salvavidas para todo el pasaje y tanques de combustible con una sustancia, Expocontrol, que reduce el riesgo de fuego.
Al encuentro mágico con estas señoras del agua se puede llegar volando: hasta el aeropuerto de Trelew, por Aerolíneas Argentinas (Buenos Aires-Calafate-Usuhaia) y hasta el aeropuerto de Puerto Madryn por Lan (Buenos Aires- Trelew-Usuhaia) o Andes Líneas Aéreas (Buenos Aires-Madryn).
“Todo el mundo busca la foto del salto, de la cola”, asegura el operador turístico. “Hay muchas teorías sobre estos gestos… que son formas de comunicarse entre ellas, que así se liberan de algunos parásitos que tienen en la piel. Otras, menos creíbles, dicen que levantan izan la cola como vela o que así les circula mejor la sangre”, se ríe. El Golfo Nuevo acuna a las ballenas francas hasta mediados de diciembre, cuando parten en rutinario sigilo hacia lugares remotos. Mientras, ellas nos miran pacientes, y se dejan mirar con su nueva prole. Tal vez no se asombren de parecer tan lindas. Tan lindo misterio.

La caza de ballenas: víctimas eternasPeines de pelo de ballena, collares de hueso de ballena. Velas de ballena. La historia de estos misteriosos animales está tristemente ligada a la de su persecución y su caza. Hace casi mil años se les daba muerte con arpones de mano y desde pequeños barcos. Después las llevaban hasta la costa, en donde se derretía la grasa en gigantescas ollas. En 1868 empezó a usarse el arpón explosivo y los barcos más rápidos. Y desde 1925 no se llevaron más a los cetáceos hasta las costas: eran procesadas en los barcos factoría en alta mar.
“Con el descubrimiento del gas, la electricidad y el petróleo, podría haber terminado la cacería de ballenas, pero continuó. En el siglo XX, poblaciones enteras desaparecieron y algunas especies de ballenas llegaron al borde de la extinción”, explica un estudio del ICB, elaborado para transmitir a niños y adolescentes la importancia de protegerlas.
En 1936, varios países acordaron reglamentar la cacería y crearon la Comisión Ballenera Internacional. Pero hubo que esperar hasta 1982 para que se prohibiera la cacería comercial de ballenas en todo el mundo, aunque Islandia y Noruega continuaron con la matanza. Japón, en tanto, bajo el pretexto de investigación científica, captura cada año más de 1000 ballenas cuya carne termina, sin secretos, en los mercados y restaurantes.
Los expertos del ICB estiman que antes de la cacería comercial había entre 55 mil y 70 mil ballenas francas australes. Para el año 2003 solo quedaban unas 11.300 en todo el hemisferio sur. “La situación de la ballena franca del Atlántico Norte es peor, ya que quedan solo unas 350 y es muy difícil que se recupere –advierten los expertos-. No queremos que ocurra lo mismo con la del sur”.

Una ballena llamada GarraEl Día Nacional de la Ballena tiene un lugar en el calendario: el 25 de septiembre. Quien da lugar a la celebración se llama Garra, una ballena juvenil. Y tiene relación con Mariano Sironi. En el 2003 el biólogo fotografió una ballena de dos semanas a la que bautizó con el nombre de Garra, en alusión al dibujo de las callosidades que se le antojaron un zarpazo.
Al año siguiente, ya convertida en un ejemplar juvenil, se acercó a jugar a una lancha que había detenido su marcha para que los turistas disfrutaran su propio espectáculo (desde entonces la metodología está prohibida). El juego terminó en tragedia: se enredó en la cadena del ancla. Pese a los esfuerzos de los buzos no había manera de liberarla en el agua. Se decidió llevarla a la rastra hasta la costa, vararla e intentar allí el salvataje.
Fue el único caso de varamiento “inducido”. Entre profesionales idóneos que supieron desamarrarla, turistas y vecinos que le arrojaron agua, lograron que sobreviviera. Si faltaba sumar una curiosidad fue que la rebautizaron Garra, sin saberlo. Unos días después, un amigo le mostró a Sironi un video del rescate y las notas del evento. El catálogo confirmó que Garra era Garra.

QUE ES EL ICB
1. El Instituto de Conservación de Ballenas es una organización sin fines de lucro fundada con el propósito de proteger a los cetáceos y su medio ambiente a través de la investigación y la educación.
2. Representa en la Argentina como única filiar en el mundo al Ocean Alliance/Whale Conservation Institute, organización fundada en 1971 por Roger Payne, quien vivió 40 años en la Patagonia.
3. Mediante el Programa de Investigación Ballena Franca Austral, se monitorea la salud y distibución de esta especie en Península de Valdés y se profundiza el conocimento sobre su biología, comportamiento, ecología y uso de habitat.
4. Trabajan en equipos intercomunicados entre Chubut, Córdoba, Buenos Aires y Estados Unidos. Se elaboran programas específicos para investigar y estudiar particularidades de la ballena que son dirigidos por Mariano Sironi directamente en contacto con los ejemplares.
5. Su sitio web es http://www.icb.org.ar/

PROGRAMA ADOPTE UNA BALLENADesde 1970 se identificaron 1.800 ballenas francas en Península de Valdés. Hay bisabuelas, abuelas, madres e hijas. Algunas de ellas son Antonia, Docksider, Cassiopeia, Espuma, Troff, Mochita, Victoria y Gabriela. El doctor Payne descubrió que a partir de la identificación de las ballenas se podía hacer mucho más por ellas. Es decir, se aprende más a partir de la vida que de la muerte de un ejemplar. Este programa de identificación es dirigido por la investigadora Victoria Rowntree.
Dado lo costoso del emprendimiento, a la vez que fomentar conciencia del cuidado y protección, se diseñó el programa Quiero Adoptar una Ballena. Consiste en, justamente, convertirse en padrino a partir de una donación mensual que varía de 5 a 15 pesos mensuales o la variante anual de 60 a 180 pesos. Cada adoptante, protector o benefactor recibe toda la información actualizada y puede hacer el seguimiento de su mascota. La adhesión se hace a través de un cupón on line en http://www.icb.org.ar/ y se puede requerir mayor información a adoptantes@icb.org.ar

Bacterias de fondos marinos sorprenden a la ciencia

Alejandra Prieto, bióloga marina del Centro de Biotecnología Marina y Biomedicina del Instituto Scrippts de Oceanografía de San Diego, California (EEUU), enseña la muestra de bacterias (actinomicetos) cultivadas.






El interés por volver a la naturaleza para encontrar nuevos fármacos está motivando a los científicos como Alejandra Prieto, una mexicana dedicada al estudio de bacterias provenientes de las profundidades del mar

Evelyn Guzmán

Venezuela

Ese olor a tierra mojada que sentimos luego de una pertinaz lluvia en realidad se debe a los actinomicetos, microorganismos que se encuentran en la tierra y son las responsables de la producción del 70% de los antibióticos que se utilizan en el mundo entero. Los actinomicetos tienen una importante función ecológica dentro de la tierra porque degradan los residuos de plantas y animales. Siempre ha sido difícil clasificar a estos microorganismos porque en su estructura presentan similitudes a los hongos y a las bacterias. No obstante, la ciencia los ubica dentro de la familia de las bacterias, perteneciente a la clase de los Esquizomicetos, conformando el orden de los Actinomicetales.
El interés por volver a la naturaleza para encontrar nuevos fármacos está motivando a los científicos como Alejandra Prieto, una mexicana dedicada al estudio de estas bacterias provenientes de las profundidades del mar. “Mucha gente se hace un té de manzanilla antes de tomarse una pastilla para el dolor de estómago”, recuerda esta joven oriunda de la ciudad de Ensenada que está consciente del uso de la medicina natural como medio curativo. Sin embargo, eso de usar los organismos como fuentes de productos naturales, no es nada nuevo.

DESDE FLEMING A FENICAL
Esta bióloga marina que cursa el doctorado en el Centro de Biotecnología Marina y Biomedicina del Instituto Scrippts de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, nos remonta al episodio más importante vivido por la medicina moderna en el año 1928, cuando Alexander Fleming, utilizando compuestos naturales, descubre la penicilina. “Por casualidad” estudiando el estafilococo, -una bacteria nociva para los humanos-, Fleming encontró que éste desaparecía por efecto del hongo Penicillium notatum. Una casualidad “que salvó millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial y marcó una de las grandes pautas en el estudio de la medicina”. Asimismo, nos refiere el segundo evento importante en la investigación con microorganismos ocurrido en 1940 con el científico Selman Waksman quien empezó a estudiar al grupo de los actinomicetos. “El investigador descubrió que estos microorganismos producen compuestos muy interesantes como la estreptomicina que es un antibiótico y la actinomicina que es un compuesto anticancerígeno”.
Para la estudiante de doctorado este descubrimiento de los actinomicetos marcó lo que se llamó la época de oro de los antibióticos -desde los años 40 hasta los años 90 se extraían los compuestos de estas bacterias-, sin embargo “a principios de los años 80 el descubrimiento de nuevas moléculas fue disminuyendo drásticamente”.
Pero fue en esta época cuando el investigador William Fenical irrumpe en la ciencia con los estudios que venía haciendo desde el Instituto Scripps de Oceanografía como químico en productos naturales especialmente en algas marinas. Su interés se centró en buscar estas bacterias en el fondo del mar y a buscar los compuestos que se producían. De hecho, Fenical tiene en su haber dos descubrimientos con microoganismos del género Salinospora y del género Marinispora. Del primero se obtiene un compuesto, salinosporamida A, que se usa en el tratamiento de un tipo de cáncer de médula ósea; y del segundo microorganismo se producen compuestos con capacidad antibiótica y anticancerosa.
“De los microorganismos se han derivado aproximadamente 17 mil antibióticos conocidos. Estos microorganismos tienen una actividad biológica no sólo contra enfermedades infecciosas sino también potencial anticancerígeno”.
No obstante, Alejandra Prieto se empeña en investigar aquellos compuestos que provienen de los actinomicetos “poco comunes”. Una condición que tal como ella misma lo señala, la obliga a llegar hasta el fondo del mar, algo que resulta difícil de lograr. “La profundidad promedio es de 4 mil metros con trincheras de hasta 11 mil metros, por eso trabajamos en cómo acceder a estas profundidades, haciendo adaptaciones de aparatos que ya existen y que permiten una vez tocan el fondo marino, penetran dentro de él y extraer la muestra”.

AISLANDO BACTERIAS
Los químicos orgánicos aíslan los actinomicetos a partir de los datos que arrojan una serie de aparatos como resonancia magnética, espectrómetro, entre otros y consigue la estructura de los compuestos. “Esto se dice fácil pero a los químicos orgánicos les toma años llegar a estos resultados”. Su tutor, el científico microbiólogo Paul Gensen aportó nuevas ideas para conocer las interacciones entre los microorganismos y las algas; así como el de utilizar las nuevas técnicas moleculares para identificar las bacterias que se aíslan.
Prieto explicó que para poder diferenciar las bacterias, existen técnicas moleculares que permiten utilizar información genética ya clasificada, procesarla y obtener una secuencia de las letras que conforman el código genético y después, en base a esa información, crear el árbol filogenético -como un árbol genealógico- de la relación evolutiva que hay entre las bacterias. Ahora Prieto se dedica al estudio del genoma de los actinomicetos provenientes de los sedimentos marinos y a la búsqueda de nuevas técnicas moleculares con el fin de descubrir nuevos compuestos con potencial anticancerígeno.

Características de los actinomicetos
· Predominan en forma libre en suelos secos y cálidos en cantidades de millones por cada gramo de suelo.
· Los géneros predominantes de este grupo son Nocardia, Streptomyces y Micromonospora.
· Estos organismos son los causantes del olor característico a mohoso o a tierra de los campos recién arados.
· Son capaces de degradar muchas sustancias complejas y consecuentemente juegan un papel muy importante en la química del suelo.
· También son notables por su capacidad para sintetizar y excretar antibióticos.
Fuente http://www.bioland.cl/mo-biobac.htm

lunes, 2 de julio de 2007

Los efectos del cambio climático en Argentina

Imagine un territorio de tormentas devastadoras y calores insoportables. Donde las vacas se secan de leche y los peces migran. Donde desaparece el maíz y la tierra se vuelve infértil por la sal de los mares que avanzan sin control. Donde escasea el agua potable. Tal vez esté imaginando a la Argentina en un puñado de décadas

Ximena Pascutti
Revista Rumbos
Argentina

En su último informe, de enero, los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas fueron muy claros: si hombres y mujeres no comienzan a revertir los efectos de algunos de sus hábitos e industrias sobre el ambiente, el mundo, tal cual lo conocemos, desaparecerá. En este rincón del mapa se esperan subas de temperatura de hasta 1,4 grados en 2020 y de hasta 5,8 en 2080, provocadas por gases de “efecto invernadero” como el dióxido de carbono y el metano. Un aumento para el cual muchos cultivos y animales, de principal consumo, no están preparados. “El clima de los próximos 20 a 30 años está determinado”, asegura la climatóloga Inés Camilloni, docente del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Los gases que fuimos emitiendo a la atmósfera permanecen lo suficiente como para que su efecto quede, más allá de que dejemos de emitirlos –aclara Camilloni-. Sólo si hacemos algo ahora, podríamos revertir un poco el cambio luego del 2030”.
Las consecuencias, dicen los expertos, pueden ser muy variables porque se combinan condicionantes estacionales, geográficos, demográficos y sociales, y malas prácticas productivas. Pero el futuro, en pequeñas dosis, ya llegó.

Cuenta regresiva
Inundaciones donde la tierra se resquebrajaba; sequía en antiguos paraísos fértiles. Veranos más largos que se prolongan en el otoño, e inviernos templados. De la mano del calor, un vistazo futurista de la Argentina podría revelar un panorama muy alejado de aquel “granero del mundo” que hizo famoso a este territorio.
“Todos los cultivos tienen un rango de temperaturas entre las cuales se desarrollan, y el trigo está cerca de su tope de temperatura máxima”, advierte la doctora Graciela Magrin, experta del Instituto de Clima y Agua del INTA. Y aclara: “Un estudio reciente demostró que el rendimiento del trigo se está reduciendo a una tasa de 28 kilos por año debido, principalmente, al aumento de la temperatura. Por ahora, los científicos están compensando este efecto con modificaciones genéticas, que producen cultivos más resistentes”, explica Magrin, quien coordinó junto con el prestigioso meteorólogo Osvaldo Canziani el Grupo de Trabajo II del IPCC sobre América Latina.
Las vacas, símbolo por excelencia de la abundancia argentina, ya son un blanco fácil del cambio climático. Además de alterar la calidad de las pasturas, las subas de temperatura provocan la muerte a miles de cabezas de ganado, víctimas de las inundaciones y sequías prolongadas que se repiten como espasmos de mal agüero. “A las vacas les cuesta mucho recuperarse de eventos extremos, como las olas de calor. Se estresan, y esto podría afectar mucho la producción lechera en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y también en la región del Gran Chaco, donde ya hay problemas de ese tipo”, se adelanta Magrin.
Oráculos del cambio climático, los expertos auguran unos cuantos problemas más: los daños por tormentas y granizos sorpresivos e intensos, y tornados desde Santa Rosa, La Pampa, hacia el norte del país. También proyectan cambios en el nivel del mar, inundaciones severas en toda la cuenca del Plata y reducciones de la energía hidroeléctrica por falta de agua en la zona de Cuyo, el Noroeste y una parte de la Patagonia. Esto último los preocupa especialmente: toda la economía de las provincias de Mendoza y San Juan, por ejemplo, se basa en sus ríos. Las proyecciones ya hablan de disminución de caudal -de hasta el 50 por ciento, en algunos casos-, de los ríos San Juan, De los Patos y Atuel, en Cuyo, y de los ríos Negro, Limay, Neuquén y Colorado. Además, se sabe, cuando hace más calor se incrementa la demanda de agua. Esto afectaría la producción de electricidad y de frutales como manzana y peras. Y también cultivos como la papa semitardía, arvejas, porotos, cebollas, ajíes y pimientos, muchos de ellos de subsistencia. Y las pequeñas parcelas cultivadas con trigo, maíz, avena, lúpulo y alfalfa. En el Comahue, de donde proviene el 15 por ciento de la electricidad producida en el país, ya se está generando un 30 por ciento menos de energía que en la década de 1940.

Cultivos en riesgo
El fenómeno muestra otra de sus caras injustas en las zonas históricamente húmedas: allí, el exceso hídrico pudre raíces, dificulta las cosechas y, a largo plazo, lava los suelos quitándole sus nutrientes. “Las lluvias anuales en la cuenca del Plata aumentaron entre el 10 y el 40 por ciento en los últimos 40 años, con mayores incrementos en el norte de Corrientes y el sur de Misiones”, asegura Camilloni. ¿Cultivos comprometidos? Trigo, maíz, centeno, cebada, avena, arroz y lino. “Si el ambiente es húmedo, aumentan las enfermedades como hongos y bacterias en los cultivos. Esto significa más tratamientos con agrotóxicos o pérdidas por las pestes”, acota el ingeniero agrónomo Adolfo Boy, profesor de la Universidad Nacional de Morón y miembro del Grupo de Reflexión Rural. “Si permanece el agua mucho tiempo en la tierra, las raíces se asfixian pues necesitan oxígeno, y la planta muere. Este es un problema que afecta a todo el país porque hay cultivos de Chubut a la Quiaca”, dice.
Los vinos también sufrirán su embestida climática. Según el último informe del IPCC de las Naciones Unidas, los llanos mendocinos experimentarán, en el transcurso de este siglo, un aumento de 3 grados durante el verano y algo menos en invierno. “Cada vez son menos frecuentes en Mendoza los inviernos con gruesas capas de hielo en las acequias, algo que era común hace 40 años, y cada vez hay más eventos extremos. Será necesario que los productores mendocinos compensen la erosión de los suelos provocada por las lluvias intensas”, aconseja el doctor en geografía Ricardo Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales. Allí, en Mendoza, las lluvias intensas –mucha agua en poco tiempo- también aumentarán entre un 40 y 60 por ciento para fines de siglo. “También habrá que trabajar genéticamente en la búsqueda de variedades más resistentes a las enfermedades criptogámicas que vienen de la mayo de la mayor humedad ambiental”, dice el investigador. “Un estudio reciente indica que la producción de vinos de primera calidad en los Estados Unidos podría declinar hasta en un 81 por ciento a fines del slgio XXI –comenta Villalba-. El aumento de días extremadamente cálidos, con temperaturas mayores a 35º, pareciera ser el principal factor asociado a la reducción de áreas productivos de vinos”.

Cóctel peligroso
Aumento de las enfermedades cardiovasculares y de las muertes por fallas cardíacas. Proliferación del paludismo, el dengue y la fiebre amarilla en pleno siglo XXI y muy lejos de la Edad Media. Según el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), el cóctel formado por el aumento de la temperatura y los eventos extremos, mayores humedades relativas y la contaminación atmosférica, podrían provocar un nuevo mapa de enfermedades difícil de controlar.
Aunque para la Argentina no hay estimaciones sobre los problemas que acarrarían estas enfermedades, la generalidad del fenómeno (que ya está afectando a la Argentina y al resto del mundo) prevé algunos cambios en el mapa de las enfermedades. Por ejemplo, el impacto será mayor en áreas urbanas y afectará sobre todo a los enfermos, a los ancianos y a quienes no tengan acceso a sistemas de aire acondicionado.
El incremento en la frecuencia y la intensidad de inundaciones y sequúias aumentará el riesgo de diarreas y de enfermedades respiratorias. Inundaciones ocurridas en California, por ejemplo, fomentaron la proliferación de hongos del suelo que contaminaron las fuentes de agua para uso doméstrico. En Indonesia, las cenizas producidas por invencidos forestales producjeros transtornos respiratorios en personas que vivían a 900 kilómetros del lugar. En nuestra Pampa Húmeda, tras las lluvias que recientemente anegaron 4 millones de hectáreas, el desborde de los pozos ciegos originó un estado de alerta hospitalaria ante el riesgo de la aparición masiva de enfermedades como la disentería, la salmonelosis y el cólera.
Muchas enfermedades infecciosas que se contraen a tra´ves de los alimentos o el agua son muy sensibles a las condiciones climáticas. En Blangladesh, los casos de cólera aumentan cuando aumenta la temperatura de la superficie del océano en e. Golfo de Bengala. El microorganismo que produce la enfermedad, el Vibrio cholerae, vive en la maeria mucosa que recubre ciertas algoas marinas que proliferan al subir la temperatura.
Según Paul Epstein, que fue miembro del IPCC y trabaja en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la secuencia de inviernos templados seguidos de veranos secos y cálidos se hará másfrecuente a medida que aumente el calentamiento global. Estas condiciones favorecerán la transmisión de la encefalitis de Saint Lous y otras enfermedades en cuyo ciclo intervienen aves, mosquitos urbanos y seres humanos.
La temperatura tiene una influencia directa sobre los ciclos de vida y la distribución geográfica de los animales vectores de enfermedades.
Los mosquitos Anopheles que transmiten la malaria (también conocida como paludismo) son los animales más peligrosos para la humanidad):la enfermedad mata unas 3000 personas por día. El área habitada por los Anopheles contiene el 45 por ciento de la población del planeta. A causa del calentamiento global, los mosquitos podrán colonizar regiones a las que actualmente no pueden acceder porque son demasiado frías o secas. Se estima que a fines del siglo XXI, el 60 por ciento dela población mundial estará en riesgo de contraer la malaria.También se ha detectadola dispersión de mosqitos hacia regiones más altas, que hasta hace poco les estaban vedadeas a causa de la baja temperatura. Durante la última década del siglo XX, el dengue amplió considerablemente su área de incidencia en la Argentina y países limítrofes. Transmitido por los mosquitos Aedes aegypti,esta enfermedad estaba limitada a una altura de 1000 metros sobre el nivel del mar. Pero ya se han producido casos a 1700 metros en México y los mosquitos fueron detectados a 2200 metros en Colombia.
En la Argentina no se detectaba casos de dengue desde 1916 y el mosquito fue erradicado en los años 6º. Pero volvió. Ahora hay dengue en Salta desde 1998, y en Misiones desde el año pasado. Aunque la enfermedad se mantenía a raya en estas dos provincias, en marzo de este año ya se manifestaron unos 40 casos en la provincia de Buenos Aires.

Y las vacas?
La vaca nos da la leche y las milanesas, la manteca y el yogurt. Es una institución argentina, de orgullo a la parrilla y prestigio de los empresarios for export. Pero también, aunque cueste creerlo, es la muda responsable de 20 por ciento de emisiones de gas metano que se generan en el país. Sucede que, básicamente a través de sus eructos, las 55 millones de cabezas vacunas de la Argentina liberan a la atmósfera, por día, entre 350 y 750 litros de gas metano, producto de sus complejos sistemas digestivos. Y con quedada distracción, aportan su granito de arena a la contaminación planetaria.
El metano es uno de los seis gases llamados de efecto invernadero, grandes culpables del calentamiento global, y tiene un poder de calentamiento 21 veces superior al del dióxido de carbono. Al igual que este, este contaminante se concentra en la atmósfera, obstaculizando a los rayos del sol que deben salir de la Tierra. El resultado: las subas de temperatura, y con ellas la proliferación de eventos extremos que acarrean deterioro ecológico y grandísimas pérdidas económicas a los productores e industriales.
¿Amordazarlas? ¿Qué hacer para evitar la contaminación? Una opción es modificar la alimentación de las vacas, combinándola con alimentos balanceados, ya que el pasto complica la digestión y las hace eructar demasiado, aseguran los expertos.

Nuevo mundo
Pero no todas las regiones son iguales ante el cambio climático. “En el Gran Chaco se agudizará la degradación del suelo, que es especialmente vulnerable ante el avance de la desertización y la salinización, es decir, la acumulación excesiva de sales del agua”, recalca Magrin. “Esto es muy preocupante para las zonas de producción agrícola y ganadera, ya que afecta a los cultivos, reduce la calidad del suelo y limita los usos potenciales de las aguas subterráneas”, agrega la Magrin. El agrónomo Boy precisa: “El problema de la salinidad es que las raíces tienen algo llamado tensión osmótica. Al aumentar la salinidad, las plantas no pueden absorber nutrientes porque esta tensión es mayor en el terreno que dentro de las raíces. Las plantas se marchitan y mueren”.
Esta región registra, además, otra tendencia que preocupa en toda Latinoamérica: el corrimiento de la frontera agrícola. “Por este aumento de lluvias hacia el oeste y la incorporación de nuevas tecnologías, este límite se expandió muy violentamente hacia el Gran Chaco, que es ambientalmente muy frágil”, insiste Magrin. “Aumentó la temperatura, favoreciendo el cultivo de soja, pero también los eventos extremos, como grandes lluvias seguidas de sequías severas. Si a esto uno le suma los desmontes, que nunca se planificó hasta dónde podían llegar, hablamos de una zona muy amenazada”.
¿Qué nos queda a los argentinos ante tamaña saga futurista? ¿Debemos prepararnos para lo peor? La climatóloga Matilde Rusticucci, experta en fenómenos climáticos extremos, acota: “Las lluvias extremas lavan los suelos. A corto plazo, debemos estudiar mejor el tema en nuestro país, para interpretar región por región cuáles serán los escenarios del cambio y proponer medidas de adaptación acorto plazo y de mitigación a largo”, propone. “Por ejemplo, consumir menos combustibles fósiles y usar energías alternativas”, añade Rusticucci, uno de los 152 científicos que elaboraron el informe mundial del IPCC.
“No hay que ser apocalíptico”, resume su colega Magrin. “La agricultura no va a desaparecer tan fácilmente. La genética avanza y nosotros podríamos cuidar más nuestras tierras. Debemos evitar tanto fuego y deforestación, porque si desaparecemos los árboles, impedimos que esos chupen el carbono de la atmósfera”, advierte la agrónoma. Y va más allá: “El uso abusivo de fertilizantes también contamina. Los nitrogenados, por ejemplo, emiten óxido de nitrógeno, que es otro gas de efecto invernadero. En la Argentina, las emisiones del sector agropecuario, incluyendo la ganadería, llegan casi al 50 por ciento de las emisiones del país, que de por sí son altas –dice la experta-. Además de mitigar tendremos que pensar en adaptarnos a este nuevo mundo”.

Bonos de carbono
El 16 de febrero de 2005 entró en vigor el Protocolo de Kioto –firmado en 1997- un acuerdo mundial para reducir las emisiones de gases contaminantes. Como en el mundo actual, lo que no conviene económicamente, parece no convenir a secas, en esta búsqueda verde se crearon mecanismos económicos para tentar a países ricos y beneficiar a los más pobres.
El Protocolo establece el compromiso de 35 naciones desarrolladas de reconvertir sus industrias para frenar el calentamiento global. El objetivo: lograr que para el 2008-2012 estas hayan disminuido sus emisiones a un 5 por ciento menos del nivel de 1990.
Pero esas empresas pueden cumplir en cualquier lugar del planeta, no necesariamente en su territorio de origen. También pueden comprar bonos de carbono de países que superen las metas exigidas. Se trata del mercado de carbono, un sistema de comercio a través del cual los gobiernos, empresas o individuos pueden vender o adquirir reducciones de gases contaminantes. Estas reducciones se miden en toneladas de dióxido carbono, y formalmente se traducen en Certificados de Emisiones Reducidas (CER). Un CER equivale a una tonelada de dióxido carbono que se deja de emitir a la atmósfera.
En la Argentina, los proyectos para reducir estas emisiones contaminantes deben ser remitidos a la Oficina Argentina del Mecanismo para un Desarrollo Limpio, dependiente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
  • El cambio climático es un fenómeno general de calentamiento del planeta como consecuencia del incremento, por acción del hombre, del dióxido de carbono y otros gases de efecto de invernadero en la atmósfera.
  • La Tierra siempre vivió ciclos alternados de recalentamiento y glaciación. Pero desde hace 30 años se aceleró este aumento, a un ritmo de 0,2 por década, 100 veces más que el ritmo considerado natural.
  • A fines del siglo XXI, las temperaturas podrían aumentar entre 1,4 º y 5,8º, y el nivel de los océanos subiría entre 15 y 80 centímetros, según el último informe de IPCC.
  • El cambio climático ya se ve: retroceden los glaciares, hay menos nevadas y aumentan los fenómenos extremos, como las lluvias torrenciales, las sequías intensas y los huracanes.
  • Se puede frenar reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. De todas formas, la persistencia de los gases en la atmósfera y la inercia térmica prolongarían el cambio climático por más de un siglo.
  • 156 países suscribieron el Protocolo de Kyoto, que obliga a 36 naciones industrializadas a retrotraer las emisiones de los seis gases más contaminantes a los niveles de 1990, para 2012. Pero no lo han firmado ni Australia ni EE.UU. (responsable del 25 por ciento de las emisiones mundiales).



Biodiversidad y cambio climático

Por Adolfo Boy (*)

Durante años los agrónomos, taxónomos y antropólogos hemos coleccionado germoplasma (genes de que representan la biodiversidad) de las especies de interés alimenticio, textil y medicinal, entre otros usos.Una vez colectado, clasificado y acondicionado según se trate de semillas o trozos vegetales (en las especies de reproducción asexual o agámica), se las almacena en los denominados bancos de germoplasma. Allí son conservados para su evaluación, descarte de duplicados, identificación de caracteres y eventualmente su utilización ante necesidades dentro de los programas de mejoramiento de las instituciones públicas y privadas. Como es lógico imaginar, ese caudal de biodiversidad “envasado” en un paquete, un frasco o un tubo de ensayo, no interactúa con el ambiente para ir “adaptándose” al mismo y sus posibles modificaciones.Cuando ese material vegetal estaba “in situ”, formaba parte de un sistema donde el hombre juzgaba desde su necesidad qué plantas de esa “variabilidad poblacional” debía seleccionar para guardar semilla: por su sanidad, su rendimiento, gusto o conservación. En una palabra, por su adaptación tanto al lugar como para satisfacer las necesidades de quien la cultivaba. Esta relación planta - ambiente - hombre es la que nos dejó como herencia la biodiversidad que hoy tenemos. O habría que hablar en pasado, pues al instalarse la mentalidad de la revolución verde, los agricultores fueron abandonando su relación directa con los cultivos y delegaron en las empresas semilleras la tarea del mejoramiento. Estas empresas eliminaron de sus catálogos los cultivos de “polinización abierta”, o sea la biodiversidad de la poblaciones, y se concentraron en la producción de híbridos, que justamente son locontrario de la variabilidad y exigen del agricultor que les aporte todas las condiciones agronómica para mostrar su rendimiento. De lo contrario su rendimiento puede ser menor que las poblaciones. La pérdida de esa biodiversidad es una preocupación que ha tomado el Instituto de la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF) del INTA, convocando y alentado a pequeños agricultores que poseen semillas adaptadas a condiciones locales particulares, para que las multipliquen y sigan seleccionando, con su experiencia y saber.
Esta actividad es fundamental para el futuro de la humanidad, pues será esa biodiversidad la que tal vez nos salve de morir de hambre, a pesar del calentamiento global y el cambio climático.
* Ingeniero agrónomo, profesor de la Universidad Nacional de Morón y miembro del Grupo de Reflexión Rural.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Tráfico de fósiles : negocio redondo


por Ximena Pascutti
Diario Perfil
Argentina


Ulrich D. es alemán y amante de los fósiles. En enero de 2002, un viaje de tres meses por la Argentina le alcanzó para hurgar con sus dedos expertos en suelo santacruceño. De sus cunas de tierra milenaria extrajo huesos de dinosaurios rellenos con ágata, conos de araucaria petrificadas -únicos en el mundo- y otras tres mil piezas paleontológicas invalorables para la ciencia, que terminaron en su museo privado en la ciudad de Heppenheim. Verdaderos hallazgos, salvo por un detalle: en la Argentina, fósiles y yacimientos son propiedad del Estado según establecen las leyes locales desde hace casi cien años.
La ecuación es sencilla:
a. El tráfico de fósiles ocupa el tercer puesto a nivel mundial luego de las drogas y las armas. Y según la INTERPOL, en la Argentina mueve unos 2 millones de dólares al año.
b. El territorio argentino está sembrado de joyas prehistóricas, desde el surgimiento de los dinosaurios hasta su extinción, quizás solo comparables con las de yacimientos de China y Canadá. Y es difícil controlar.
Conclusión: la Argentina es la meca de los traficantes.
El circuito. Huevos de dinosaurios, dientes, garras. La semana pasada y a través de la Cancillería argentina, el Juzgado Federal Nº1 de Río Gallegos envió a Alemania un exhorto solicitando el secuestro y la restitución de las piezas extraídas por Ulrich D. en 2002. INTERPOL, que participó de la investigación, halló la punta del ovillo en el lugar más insólito: el prólogo de un libro científico escrito por él a partir de sus viajes de “acopio” a la Argentina. Allí se ufanaba de haber sacado las piñas del aeropuerto de Ezeiza “envueltas en ropa interior”.
El caso de Ulrich D. no es el único. Desde 2003, se decomisaron en el país más de 50.000 fósiles camuflados en containers de fruta y piedras semipreciosas, dobles fondos autos y valijas, y en mochilas de turistas. Los registros policiales también hablan de 39 causas, cuatro detenidos y dos condenados con “probation”. Pero el goteo ilegal sigue, hasta en Internet: en sitios como Ebay se ofrecen fragmentos de hueso de “Saltasaurus” a 189 dólares de “Carnotaurus” por 359 dólares (ver recuadro), todos oriundos de la Argentina.
“Los traficantes de fósiles tienen una especial fascinación por los fragmentos de huevos de dinosaurios, seguramente porque son fáciles de extraer y transportar. No es como excavar un fémur de 1,50 de largo, que pesa 90 kilos. Ese trabajo nos lo tomamos solo nosotros”, explica José Bonaparte, un paleontólogo y biólogo de 79 años, referente de los 350 paleontólogos que ejercen la actividad en el país. “La Argentina desde tiempos de Rosas fue un lugar donde se extraían piezas y se mandaban al exterior –prosigue Bonaparte-. El mismo Rosas regaló a europeos una colección muy grande recogida por Muñiz. Pero en esa época no estaba prohibido”, aclara.
El periplo ilegal de estas piezas es similar al de otros tráficos: hay un acopiador primario, un intermediario y un vendedor que ofrece sus productos en ferias o negocios. “Se aprovechan de la pobreza de algunos pobladores y les pagan un par de zapatillas para que les recolecten fósiles cercas de sus casas”, apunta el licenciado en biología Ernesto Rodrigo Paz, del Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Piezas Paleontológicas, con sede en el Museo de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. “Un par de veces al año esos intermediarios pasan a retirar lo acopiado, lo traen a Buenos Aires y lo venden por internet, en casas de subastas o negocios de gemas o antiguedades de San Telmo”, precisa Paz. “El traficante tiene su circuito, gente que siempre le compra. Pero básicamente trabaja con coleccionistas del exterior”.
De 2003 también data la ley 25.743 (Protección de bienes arqueológicos y paleontológicos) que prohibe en el territorio argentino el transporte, almacenamiento, compra o venta de fósiles locales y extranjeros. A diferencia de su antecesora, de 1913, esta norma establece penas de dos meses a dos años e inhabilitaciones de hasta cinco para quien la vulnere.
Japón, Suiza, Alemania y Austria son algunos de los destinos habituales del mercado ilegal. Pero sobre todo Estados Unidos, donde no está prohibida la extracción ni la venta de piezas paleontológicas. Allí, en Tucson, Arizona, funciona una de las ferias de fósiles más importante del mundo, donde en enero de 2006 se decomisaron siete toneladas de piezas argentinas.
“Todos los fósiles son únicos, aunque no todos importantes. Para el científico el valor está en el objeto, pero también en su contexto. Por eso, cuando la pieza es robada toda esa información registrada en el substrato o en la roca huésped se pierde para siempre”, advierte Bonaparte, quien en 1985 descubrió el “Carnotaurus”, el primer ejemplar conocido de dinosaurio carnívoro con cuernos, entre una docena de descubrimientos de fama mundial. “Además, se priva a las generaciones futuras de datos que seguramente ellas podrían conocer con nuevas tecnologías”.
La paleontóloga Silvia Césari, presidenta de la Asociación Paleontológica Argentina, acuerda: “los fósiles que se reintegran a nuestro patrimonio no podrán ser objeto de estudios científicos relevantes y solo podrán, en muchos casos, formar parte de material didáctico para clases o de vitrinas de museos”.
Fuego cruzado. En diciembre, la Secretaría de Cultura de la Nación lanzó una campaña para concientizar a los ciudadanos sobre la necesidad de proteger los bienes culturales, que empapela 14 aeropuertos y dos puertos internacionales, así como 50 pasos de frontera y museos nacionales. Para los expertos no alcanza. “Tendrían que otorgar más presupuesto para que no sean los empleados de los museos locales y los científicos los que cuiden las reservas fosilíferas de todo el país. Esa no es su tarea”, protestan en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. “Se dice mucho y se invierte poco. Por ejemplo, las cuatro personas contratadas en el Registro Nacional de Yacimientos, dos paleontólgos, un abogado y un administrativo, tienen dedicación full time, pero ganan 800 pesos y deben documentar las piezas de todo el país. ¿No será demasiado?”, adiverte.
El paleontólogo Rodolfo Coria, del museo “Carmen Funes” de Plaza Huincul, Neuquén, va más allá: “Llama la atención la inacción en las operaciones de control en zonas fronterizas, así como rutas y caminos internos del país. Los minuciosos controles de la Policía Aeroportuaria en las terminales aéreas contrastan con la virtual carta blanca que existe en las terminales de ómnibus”, expresa Coria. “En las bauleras de los micros de larga distancia se puede transportar cualquier cosa: huesos de dinosaurios, troncos fósiles, momias, vasijas, y ni hablar de drogas, armas, explosivos. Las máquinas de rayos X brillan por su ausencia”, remarca.
Otro problema, dice el experto, es que la ley vigente no facilita el trabajo de los científicos. “En algunas provincias se debe esperar no menos de un año (y algunos siguen esperando) para que las autoridades de aplicación de las leyes se expidan con los permisos de exploración o de préstamo de materiales para su estudio. Esto es grave porque es el estudio lo que transforma un fósil en patrimonio cultural. Las exigencias para la concesión de permisos en algunos casos son de cumplimentación casi imposible, y la consecuencia es, en el mejor de los casos, la parálisis de la actividad científica, cuando no, la decisión desesperada de actuar sin el dichoso permiso”.
Los coleccionistas. En el mundo “paleo” los únicos que no protestan son los caracoles fósiles. “A nosotros nadie nos consultó a la hora de escribir la ley de 2003”, se queja Eduardo Jawerbaum, coleccionista desde hace 30 años. “La ley no hace distinción entre piezas recolectadas aquí o en el exterior. Nos impide engrosar nuestras colecciones. Es insólito, porque existen millones de fósiles de escaso valor científico y el costo de nuestro país al registrarlos es más alto que el valor de los mismos”, asegura. Y propone: “La mayoría de los museos del mundo nacieron como colecciones privadas. Un coleccionismo controlado por los museos es la solución. Su personal debería acompañarnos a buscar fósiles: así incorporarían fondos al cobrar la expedición y obtendrían piezas nuevas”.
También hay quejas en el museo de Parque Centenario, pero por otros motivos: “No participamos de la redacción de la ley, que vino de tres provincias, con empuje de los arqueólogos”, admite en off un experto reconocido. “La mayoría de la comunidad paleontológica no está de acuerdo con esta ley; no queremos que se venda nada. El artículo 19 permite a los coleccionistas ofrecer al Estado cualquiera de su piezas, para que vuelvan a este, pero nadie les pregunta cómo las consiguieron”, protestan, en imaginada trinchera.
“Hazte fama y échate a dormir”, dice el dicho. Lástima que a los dinosaurios nadie los deja.

Recuadro

El sitio http://www.dinostore.com/ muestra algo parecido a una piedrita, pero que cuesta tanto como un televisor de plasma o un pasaje a España.
La descripción aclara: “Trozo de huevo de saltasaurus robustus, formación de Allen, Patagonia argentina, 1295 dólares”.
Otra página, http://www.fossilplants.com/, publica la foto de una piña de conífera, de esas que tapizan los bosques patagónicos en otoño. Pero más abajo indica: “Cono de araucaria mirabilis, Jurásico, Bosque Petrificado, Cerro Cuadrado, Argentina: 299 dólares”.
Es que en Internet casi todo es posible. Incluso que se ofrezcan a la venta, en sus aguas hoscas, fósiles argentinos cuyo comercio y traslado están prohibido por las leyes locales.
Cientos de tesoros paleontológicos sustraídos del territorio argentinos -sobre todo patagónicos-, aparecen diariamente publicados, a la venta, en un puñado de sitios de aquí y de allá. Y aunque las autoridades policiales lo saben, la virtualidad del delito les complica la tarea. Desde trilobites a 100 dólares, hasta dientes de tiburones prehistóricos, conos de araucaria hasta pesuñas y huevos de dinosaurios. Por la antigüedad y la variedad de sus piezas, la Patagonia es una de las zonas más habituales de recolección. También por su extensión y la dificultad de las autoridades para controlar los yacimientos. Los ejemplos abundan. En la página http://es.clasificados.st/ puede leerse: “Vendo tronco fósil conífera, data de 150 a 200 m de años, Patagonia argentina, observar detalles de corteza y nudos de rama, anillos, solo para coleccionistas. (mi localidad es Córdoba)”, anuncia alguien que se esconde en el cyber espacio.

jueves, 26 de abril de 2007

Los aires contaminados de Ciudad Guayana

Evelyn Guzmán

Venezuela

La contaminación atmosférica de Ciudad Guayana -asiento de la industria pesada de Venezuela- volvió a ser noticia esta semana en los diarios regionales. Aunque es un problema de vieja data, esta vez las palabras del Presidente de la República llamando la atención sobre el “horror” que le causó presenciar, durante un vuelo de helicóptero, la contaminación generada por las principales industrias pesadas públicas y privadas del país, apuraron una fiscalización que estuvo rezagada desde 1998 cuando fueron aprobados los cronogramas de adecuación ambiental para las empresas de Guayana, por parte del Ministerio del Ambiente.
De tal forma que el ente rector de la política ambiental del país hizo presencia en la zona para ordenar el cierre preventivo de algunas de las áreas de producción de la empresa estadal CVG Alcasa y de la empresa privada Hevensa por carecer de los sistemas de control de emisiones atmosféricas. Una medida que sorprendió a muchos porque la memoria colectiva sólo recuerda el cierre de CVG Fesilven en el año 1997, única acción emprendida por la dirección estadal de Ambiente del Ministerio del Ambiente.
Los cronogramas de adecuación ambiental se establecieron en 1998 con el fin de adecuar las empresas del holding CVG a las normativas ambientales exigidas por el Estado venezolano debido a que para la fecha en que se crearon estas empresas no existía un ministerio ni normas que regularan el comportamiento ambiental de las mismas. Estos compromisos se fijaron en 1998 y se contempló un periodo de cinco años para que las empresas se adecuaran a la norma de acuerdo a lo establecido en dichos cronogramas, los cuales fueron elaborados por la CVG y aprobados por el Ministerio del Ambiente, ente encargado de hacerle seguimiento a estos compromisos adquiridos. Al respecto, la bióloga Riolama Fernández de la Unidad de Calidad Ambiental de la Dirección Estadal de Ambiente del estado Bolívar (DEA Bolívar), defiende las mejoras obtenidas a raíz de la implementación de los cronogramas de adecuación ambiental de las empresas de Guayana. A su juicio sería “muy injusto” calificar de inservibles estos instrumentos que en su momento fueron “el primer paso a nivel nacional para que las empresas del Estado se adecuaran ambientalmente. Que hace falta atender otras fuentes que en ese momento no se atendieron, es cierto, pero los cronogramas que se hicieron y las fuentes que estuvieron contempladas, esas se corrigieron. Hay que ser demasiado mezquino para no reconocer ese primer intento de país que hicimos con esos cronogramas de adecuación ambiental”.
¿La DEA Bolívar tiene registros que evidencien alguna mejoría en los niveles de contaminación atmosférica con la implementación de los cronogramas de adecuación ambiental de las empresas de Guayana?
-No tenemos un registro exacto de si ha disminuido o no la calidad del aire, porque aunque algunas fuentes de contaminación se han corregido con los cronogramas de adecuación ambiental también es cierto que han surgido nuevas fuentes de contaminación. En los estudios que estoy llevando a cabo en conjunto con unos pasantes de la Universidad de Oriente se han determinado que muchas fuentes nuevas de contaminación no tienen tanto que ver con las fuentes fijas o chimeneas sino que hay mucha generación de polvo de emisiones fugitivas por el manejo, apilamiento de materiales, almacenamiento por cintas transportadoras que no son medibles a nivel de chimenea sino que son fuentes de contaminación ambiental que se miden a través de un estudio de calidad de aire y que se reflejan en la Red de Monitoreo de Calidad de Aire de la CVG. Hay zonas que aparecen con aire muy contaminado por ejemplo en los puntos donde están los rellenos sanitarios de Sidor, Venalum y a veces hasta altamente contaminado.
¿Qué es lo que está faltando en los cronogramas de adecuación ambiental?
-Que muchas de esas plantas han aumentado su capacidad de producción y a veces los sistemas de control que tienen instalados no son suficientes para contener toda esa contaminación que generan, a veces hay que ampliar estos sistemas de control porque algunos equipos que se instalaron en aquella oportunidad se han vuelto a deteriorar. Por un lado estamos adecuando, pero por otro estamos creando nuevas fuentes de contaminación. Además, algunos estudios que hemos realizado en la DEA Bolívar y que no han sido publicados determinan que el acumulado de cada una de esas industrias es lo que está causando la contaminación.
¿Hay especialistas que exponen la necesidad de adecuar esos parámetros que señala la norma?
-Uno de los planteamientos que la DEA Bolívar ha emitido a nivel central, a la Dirección de Calidad de Aire del Ministerio del Ambiente es que la norma debe ser específica para la zona industrial Matanzas, porque el problema es que ahí lo que hay es un acumulado que contamina aún cuando sus emisiones estén por debajo de lo estipulado por la norma.
¿Están trabajando en esa norma específica?
-En la DEA Bolívar tenemos ya diez años haciendo esta petición, no es desde hoy, y el 15 de noviembre de 2006 obtuvimos una respuesta al planteamiento que hicimos el 18 de septiembre de ese mismo año donde nos dicen que en la reformulación del Decreto 638 están contemplando nuestra petición y que la solución es hacer una norma específica para Matanzas, pero para eso nosotros tenemos que recoger datos para demostrar que necesitamos una norma específica
VIENTO A FAVOR
Pero, ¿Qué aires se respiran en una zona industrial como Ciudad Guayana? Eso dependerá de la dirección del viento, de la ubicación del área industrial, la época del año y de lo que genere cada industria. Los distintos estudios de calidad de aire realizados en Ciudad Guayana por la Red de Monitoreo instalada y operada por la Corporación Venezolana de Guayana señalan que en general, las zonas industriales de Puerto Ordaz se encuentran entre “moderada y altamente contaminadas”, por efecto de las emisiones, siendo las más afectadas aquellas ubicadas en los alrededores de Sidor y en las áreas portuarias considerando estas últimas como zonas “moderadamente contaminadas”.
Según estos análisis, dependiendo de las condiciones meteorológicas hay épocas del año en que la dirección del viento favorece la dispersión hacia el sur oeste de la ciudad manteniendo a San Félix y a una parte de Puerto Ordaz con un aire con niveles bajos de contaminación. Sin embargo, el mismo estudio advierte que las zonas del Core 8, La Casona, Campo C y Cambalache están en condiciones “no aceptables para la salud y el ambiente”, lo que incluye áreas residenciales ubicadas al sur y al noreste de Puerto Ordaz.
Por su parte, Matanzas, lugar donde están asentadas las principales industrias privadas y del Estado venezolano está clasificada como “altamente contaminada”. Asimismo, frente a esta zona industrial, en la margen izquierda del río Orinoco se respira un aire moderadamente contaminado por cuanto durante el periodo de viento suave y cielo claro las brisas hacia las riberas del río crean condiciones que favorecen la dispersión hacia la ribera izquierda generando zonas de aire ligeramente contaminado.
Lo bueno del clima es que durante la época de lluvia las zonas de aire con esta clasificación de “moderadamente contaminado” reducen en gran parte sus niveles incluso por debajo de 200mg/m3. No así durante el periodo de sequía cuando se extiende aún más la zona de aire contaminado, llegando alcanzar niveles superiores a los 300mg/m3 en la zona industrial.
Es por eso que en estos momentos, se respira un aire con mayor índice de contaminación, activándose las voces de alerta de ambientalistas, especialistas de la salud respiratoria y vecinos que sufren las consecuencias de vivir en las zonas de influencia de sectores industriales clasificados como contaminados.

LO QUE GENERA LA INDUSTRIA
¿Qué genera cada industria para tener estos aires contaminados? La respuesta se encuentra en el Centro de Documentación de la Dirección Estatal del Ministerio de Ambiente (DEA Bolívar) donde un estudio sobre la caracterización de emisiones atmosféricas, fuentes fijas y calidad del aire del Municipio Caroní, enumera una gran cantidad de gases perjudiciales para la salud como: monóxido de carbono, óxidos de azufre, óxido de nitrógeno, óxido de zinc, óxido de plomo, óxido de cobre, óxido de magnesio, óxido de potasio, óxido de silicio, óxido de aluminio, óxido de calcio, oxido de sodio, óxido de cromo, óxido de manganeso, óxido de hierro, fluoruros y sulfuro de hidrógeno; así como material particulado conocido como PTS (partículas totales suspendidas).
Este estudio llevado a cabo por la Unidad de Calidad Ambiental de la DEA Bolívar bajo la tutoría de Riolama Fernández, responsable de esta unidad, se basó en el análisis detallado de los datos suministrados tanto por las empresas públicas y privadas del sector industrial de Matanzas y los resultados de la Red de Monitoreo de Calidad de Aire de la CVG a lo largo de estos últimos seis años, de 2000 a 2006.

CARACTERIZACIONES EN ROJO
El estudio revela que las empresas del sector aluminio son las que aportan la mayor concentración de contaminantes al ambiente. De las 117 fuentes de contaminación (fijas o chimeneas) evaluadas por los técnicos ambientales de un total de 18 empresas que presentaron caracterización de emisiones atmosféricas entre los años 2000 y 2006, se constató que los parámetros valorados cumplen en un alto porcentaje con los límites de calidad que establece la norma.
Para el parámetro de partículas totales suspendidas (PTS) se reportaron datos de 47 chimeneas de las cuales seis se encuentran fuera de la norma correspondiente a las empresas Ferroven, Venalum y Alcasa.
Con relación al monóxido de carbono se obtuvieron registros de 94 chimeneas de las cuales 83 están dentro de los límites permisibles mientras que 11 correspondiente (dos a la empresa Orinoco Iron, dos de Matessi, cinco de Venalum, una de Alcasa y una de Carbonorca) no cumplen con la norma.
Para los óxidos de azufre de las 91 fuentes analizadas, 13 chimeneas del tipo PTH (diez de Venalum y tres de Alcasa) no cumplen con el límite que regula este parámetro para la producción de aluminio, el cual según la norma debe ser menor o igual de 6mg/m3. No obstante, cinco fuentes (dos de Venalum, dos de Alcasa y una de Carbonorca) cumplen con la normativa. De igual forma, una fuente de Alcasa (celda II) cumple con la normativa de 6mg/m3. El informe de la DEA Bolívar señala que la emisión de este gas no se encuentra regulado en otras actividades en las cuales se cuentan por lo menos 72 fuentes que lo generan sin ninguna regulación como es el caso de la producción de hierro y acero, actividad preponderante junto a la producción de aluminio en Matanzas.
En lo que respecta al óxido de nitrógeno, el estudio analizó un total de 94 fuentes fijas las cuales cumplen con los límites de la norma. Sin embargo, destaca que para la Planta Planos en Caliente de Sidor éste parámetro no se encuentra regulado.
Respecto a los fluoruros, se analizaron un total de 19 fuentes, estando 15 de ellas dentro de norma (nueve de Venalum, una de Pianmeca y una Comsigua); mientras que tres fuentes de Venalum y una de Carbonorca no cumplen la norma.
La emisión de fluoruro gaseoso analizada en la empresa Venalum, específicamente en dos fuentes (Lurgi I y II), presentaron valores muy cercanos al límite de la norma de 1.2 mg/m3.
Para el sulfuro de hidrógeno se analizaron un total de 11 fuentes fijas (dos de Comsigua, tres de Orinoco Iron, seis de Grafito del Orinoco), pero este parámetro no se encuentra reglamentado para las actividades que realizan estas empresas (producción de acero y procesamiento de coque).
Otros gases como los que emite la empresa Sidetur, a saber: óxido de zinc, óxido de plomo, óxido de cobre, óxido de magnesio, óxido de potasio, óxido de silicio, óxido de aluminio, óxido de calcio, oxido de sodio, óxido de cromo, óxido de manganeso, óxido de hierro y otros parámetros, no están regulados por las leyes venezolanas.

RED DE CALIDAD DE AIRE
De un total de 39 empresas revisadas por la Unidad de Calidad Ambiental de la DEA Bolívar sólo 4 realizaron estudios de calidad de aire, a saber: Carburo del Caroní, Sidor, Ferrominera Orinoco y Saint Gobain. Los resultados de los análisis arrojaron los siguientes resultados:
1. El estudio de calidad de aire de la empresa Carburo del Caroní realizado en el año 2004 señala que en base a lo regulado por la norma, el aire de la zona se puede clasificar como moderadamente contaminado de acuerdo a la emisión de concentración de material particulado. Para todos los demás parámetros (monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de carbono y ácido sulfhídrico) el 50 por ciento de las muestras están por debajo del límite máximo establecido en el Decreto 638.
2. En el análisis de la calidad de aire realizado por Sidor en el año 2005 se evidenció que los sitios críticos portantes de contaminación que alteran en forma perjudicial la calidad del aire son el relleno sanitario, R3 y Bodega I donde el aire está muy contaminado o altamente contaminado.
3. En el estudio de calidad de aire realizado por la empresa Ferrominera Orinoco en el año 2003 se estudiaron 2 estaciones ubicadas en el muelle de Palúa y Campo C en las cuales se determinaron concentraciones de PTS por encima de la norma, cuyos valores promedian 121 mg/m3 por lo que se considera el aire moderadamente contaminado según el Decreto 638.
4. El estudio de calidad de aire realizado en 2004 entre los linderos e inmediaciones de la planta de Saint Gobain y Cadeca revela que la generación de contaminantes por parte de estas empresas ocurre en concentraciones no perjudiciales a la calidad del medio ambiente.

RESULTADOS POSITIVOS…PERO NO TOTALES
A pesar de estas cifras, el estudio de la DEA Bolívar considera que los cronogramas de adecuación ambiental “han dado resultados positivos aunque no totales en cuanto a las mejoras en los sistemas de control de contaminación existentes en las empresas más importantes de Ciudad Guayana”. Cree que la adecuación ambiental ha incidido en la reducción de los niveles de emisiones de contaminantes hacia la atmósfera por las fuentes fijas. No obstante, advierte que una parte significativa de los problemas de contaminación están siendo generados “por emisiones fugitivas de polvo ocasionadas por el manejo de materiales en actividades como transporte, trituración, almacenamiento, acarreo y praxis operativas inadecuadas” que ameritan una intervención de la autoridad ambiental en cuanto a la supervisión de los sistemas de control ambiental y una campaña de educación dirigida a los operadores de maquinarias.
Otro de los aspectos que consideran urgente revisar es el referido a la normativa ambiental venezolana, la cual “ha descuidado el control de gases dañinos que a la larga llegan a ser más perjudiciales”. Como ejemplo de ello, señala el óxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno que “no están regulados para las actividades de producción de hierro y acero”.

AIRES QUE DAÑAN
Curtis Moore, co editor del libro Salud y Aire Limpio advierte que “los contaminantes atmosféricos son compuestos que, una vez añadidos al aire por medio de las actividades humanas causan, ya sea daños al ambiente o enfermedades y aun la muerte”.
Respecto al material particulado puntualiza que “así como los niveles de las partículas aumentan, también aumenta la incidencia de narices destilantes o de obstrucción nasal, sinusitis, irritación en la garganta, tos floja, resfríos cefálicos, fiebre del heno, ardor en los ojos, respiración sibilante, tos seca, flema, respiración jadeante, y malestar o dolor del pecho, así como aumentan los ingresos al hospital por causa del asma y de la bronquitis”. Por su parte, refiere que los óxidos de nitrógeno destruyen materia orgánica como el tejido humano. “Los niños expuestos a altos niveles de este gas pueden presentar bronquitis, tos bronquial con flema, y episodios de enfermedades respiratorias”. Con relación al monóxido de carbono, Moore explica que es un gas invisible que no tiene olor ni sabor, y promueve el desplazamiento del oxígeno en la sangre “sofocando parcialmente de esa manera al corazón, al cerebro y a otros órganos vitales, así como a los fetos en desarrollo de mujeres embarazadas”.
Del sulfuro de hidrógeno (el del olor nauseabundo a huevos podridos) dice que produce fatiga, agitación, depresión y pérdida de la memoria. Para el especialista en salud y ambiente, “la contaminación del aire es una causa mayor de enfermedades y de muertes alrededor del mundo, especialmente en las áreas urbanas, y se está empeorando”.

SÓLO PRESUNCIÓN
A nivel regional, la contaminación del aire es un problema ambiental que le atañe a la Dirección de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria del Instituto de Salud Pública (ISP), instancia que depende a su vez del Ministerio de Salud. Sin embargo, tal como lo aseguró la titular del ISP, Gineth Morales la malaria, el dengue y la leishmaniasis es lo que ocupa el cien por ciento de las actividades. Anunció que vienen trabajando en un anteproyecto para la instalación de un laboratorio, llamando la atención ante los presuntos enfermos por contaminación. “Y digo presuntos, porque no podemos decir en este momento que la contaminación del aire en Ciudad Guayana es un problema de salud porque no tenemos una casuística de intoxicados por determinado gas, no tenemos eso reflejado en nuestros hospitales y ambulatorios, el alerta es que debemos estar pendiente, hacer un diagnóstico y regular la norma ambiental”. Dijo que los casos de enfermos por contaminación del aire no son como los de la malaria que se constatan semanalmente o como el dengue, cáncer o una enfermedad cardiovascular. “Los diagnósticos que se tienen de neumonía, bronquiolitis, rinitis tienen una etiología determinada y un tratamiento específico para el agente causante. Ahora, si nosotros empezamos a ver que se presentan 50 casos de rinitis en un sector del área de influencia de la zona industrial y que no cede ante el tratamiento habitual contra la rinitis entonces se activa la alerta, pero es necesario constatar que el agente causante sea un gas, porque estas son patologías que son frecuentes en cualquier lugar del mundo”.
Recalcó que desde el ISP están conscientes de la situación planteada con la contaminación del aire en Ciudad Guayana, por lo que “estamos llamados a implementar lo necesario para su control, porque sabemos que existen empresas que emiten gases y que son tóxicos”.

ACCIONES PERMANENTES
Para muchos especialistas en el tema ambiental, la actuación del Ministerio de Ambiente (MinAmb) ejecutando el cierre preventivo de la empresa estadal CVG Alcasa y la empresa privada Hevensa por carecer de los sistemas de control de las emisiones atmosféricas, ha sido positiva. Sin embargo, advierten que este accionar del principal rector de la política ambiental del país debe mantenerse en el tiempo, con una adecuada fiscalización y control ambiental así como también con un acompañamiento de los otros organismos relacionados como la Guardia Nacional, la Fiscalía Ambiental y las mismas autoridades municipales con competencias en materia ambiental.
Santos Carrasco, quien fuera director estadal del Ministerio de Ambiente y actual consultor ambiental reconocido en la zona, considera que las empresas respetan al ente rector del ambiente en el país cuando sienten que hay una presencia permanente de seguimiento y más aún, cuando el ministerio desempeña un rol de orientador en los procesos de adecuación ambiental. Señala la experiencia exitosa de países que confrontan situaciones de contaminación atmosférica graves como México y Chile que abordaron de manera “sensata y racional” desde el punto de vista técnico, ambiental y económico un programa de control de contaminación atmosférica para lo cual, insiste, se tiene que establecer unos criterios de actuación, a saber:
1 Ambiental: fundamentado en un inventario de emisiones que permita catalogar cuáles son las fuentes de emisión de partículas más importante de la zona industrial Matanzas y Cañaveral y cuál es la menos relevante. “El Ministerio de Ambiente dispone de todas las caracterizaciones anuales que hace la empresa y también pueden utilizar factores de emisión –una práctica mundial- que permite, conociendo la capacidad de producción de la empresa, hacer un cálculo muy sencillo de cuál es la mayor fuente de contaminación y corregir esos flujos contaminantes si la empresa tiene o no sistemas de control”.
2 La naturaleza del contaminante: “históricamente en Guayana hemos tenido la tendencia de actuar sobre las empresas cuyas emisiones atmosféricas generan penachos altamente visibles y éstos por lo general están asociados a la generación de partículas que se dan en el caso de las empresas de ferre aleaciones y siderúrgicas, pero hay unas emisiones atmosféricas que son más peligrosas que las partículas, tal es el caso de los fluoruros, dióxidos de azufre, sulfuro de hidrógenos, compuestos orgánicos volátiles y los compuestos poli cíclicos aromáticos que no se ven y porque no se ven, no se atacan”.
3 Población afectada: Es necesario evaluarla para cuantificar el área de influencia o de impacto que tienen esas emisiones generadas por la empresa. “Todas aquellas empresas que estén ubicadas en zonas cercanas a las áreas residenciales, centros de salud o escuelas tienen que ser objeto de una acción prioritaria porque los niños, ancianos y los enfermos son la población más vulnerable ante episodios de contaminación atmosférica”.
4 Inmediatez: Es necesario considerar la rapidez en la solución ambiental para sentar un ejemplo y darle credibilidad a la acción. “Si cierras una empresa o la paralizas y esa empresa para resolver su problema de contaminación va a necesitar tres años, en ese tiempo no vas a tener ningún impacto sobre el problema que quieres resolver”.
5 Metas: Un proceso de esta naturaleza debe partir de un diagnóstico para determinar la calidad de aire que se tiene y a partir de ahí fijar metas como autoridad ambiental para que en un lapso determinado de años, bajar esos niveles de contaminación atmosférica, por ejemplo: de una categoría altamente contaminado a uno levemente contaminado. “Tienes que tener objetivos ambientales que sean cuantificables porque si no, haces muchas inversiones y no hay forma técnica de saber el impacto que han tenido en el mejoramiento de la calidad de aire”.

UNA RED PARA DARLE USO
Una de las cosas de vanguardia que tiene Ciudad Guayana es precisamente la red de calidad de aire que tiene más de 10 ó 12 años operando bajo la dirección de la CVG, sin embargo la información valiosa que genera es poco difundida. Al respecto, Carrasco considera que esa información “hay que darle el uso que debiera”. Resalta que debe ser utilizada en primer lugar por la autoridad ambiental para definir sus planes y estrategias de control; y en segundo término por las empresas para que puedan evaluar los resultados esperados de su gestión ambiental a fin de planificar nuevas inversiones.
Advierte que al comparar el conjunto de cronogramas ambientales, que fueron aprobados y ejecutados por muchas de las empresas de la zona, con los niveles de calidad de aire, se observa que no hay correspondencia. “La inversión que se ha hecho no guarda correlación, se ha invertido mucho dinero y sin embargo no hemos notado ningún mejoramiento en la calidad del aire que respiramos”.

REZAGO LEGAL
Otro tema sensible, a juicio de Carrasco, sobre el cual debe legislar el MinAmb tiene que ver con la gran cantidad de procesos productivos existentes en Guayana que no están regulados por la norma. “Venezuela es el centro de reducción directa más grande del mundo con empresas como Venprecar, Orinoco Iron, Matessi, Comsigua y la norma no establece límite de emisión para esos procesos, lo cual es grave porque les da una inseguridad jurídica a las empresas y además, técnicamente es difícil para el MinAmb controlar si efectivamente esas empresas están cumpliendo o no con el límite que les corresponde. También hay procesos como la regeneración de ácido clorhídrico que tampoco está normado”. Considera que el Decreto 638 cumplió un papel, pero que a la luz de los nuevos desarrollos que se han dado en materia de control de contaminación atmosférica, debe promulgarse de forma urgente una nueva norma técnica de emisiones atmosféricas que vayan en consonancia con estos avances tecnológicos. “La norma actual establece concentraciones de partículas en chimenea por el orden de los 150 miligramos por metro cúbico cuando ya los nuevos sistemas de control de contaminación te pueden garantizar una concentración en chimenea por el orden de los 10 miligramos por metro cúbico”.
En este tema, el tecnólogo ambiental coincide con la bióloga del MinAmb Riolama Fernández en cuanto a la urgencia de establecer unos límites de emisión que vayan en consonancia con la realidad industrial de Ciudad Guayana. “Hay un rezago muy importante de la norma. Esperamos que esta nueva administración del MinAmb pueda saldar esa brecha que las anteriores ministras no pudieron cumplir”.

CAMPAÑA MASIVA DE LA MISIÓN ÁRBOL
En el marco de la Misión Árbol, Carrasco sugiere la puesta en marcha de un programa intenso y masivo de reforestación y repoblación forestal en la zona industrial Matanzas incluida Cañaveral en la cual se puede establecer una franja de amortiguación vegetal con especies de rápido crecimiento “que además de atenuar el impacto paisajístico negativo que tienen muchos de estos desarrollos industriales, actúan como fuente de sumidero de dióxido de carbono y sirven como hábitat para la fauna silvestre”.

EL RETRASO DE CADIVI
Explicó que el retraso en la erogación oportuna de las divisas que se requieren para la compra de los equipos y repuestos de infraestructura ambiental es otro de los problemas que está influyendo sobre las empresas para que puedan mantener operando adecuadamente sus sistemas y equipos de control ambiental. “Hay varias empresas de la zona como Hevensa que desde el mes de agosto del año pasado, está tratando de importar unas 800 mangas de tejido especial y ha sido imposible por no tener acceso a esas divisas. El Ministerio del Ambiente puede interceder en el alto gobierno para que se declare como de alta prioridad la liberación de divisas para los equipos de control ambiental. Hay una burocracia que está intercediendo sobre eso”.

CONTAMINACIÓN ES SINÓNIMO DE INEFICIENCIA
Por su parte, el investigador Luís Guzmán Balbás, integrante del Centro de Investigaciones de Gestión Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UNEG, está convencido que “en las organizaciones modernas, la contaminación es un sinónimo de ineficiencia, por eso se adoptan tecnologías limpias que permiten simultáneamente revertir tal condición y minimizar la generación de emisiones, efluentes y desechos sólidos que pudieran afectar negativamente la calidad ambiental y la salud de las personas”.
Cree que los organismos del Estado venezolano llamados a conducir la política en materia de ambiente y desarrollo deberían asumir una firme y coherente posición sobre la base técnica y legal disponible en el país. En este sentido, dijo que el Estado venezolano “está en la obligación de promover la participación de sus mejores talentos y una opción para ello pudiera ser la aplicación de la Ley de Ciencia y Tecnología como instrumento para viabilizar la relación Universidad-Sector Productivo, lo cual permitiría financiar el diseño y ejecución de los proyectos de investigación aplicada requeridos para abordar este importante reto”.

A FUTURO…UN ESPACIO LIMPIO
Para Lenin Berrueta, vicepresidente de la CVG, la red de calidad de aire está evaluando periódicamente las partículas en suspensión y parte de ese monitoreo obliga a efectuar adecuaciones en los sistemas de filtración, de control de polvo y de control de afluentes líquidos. “Hoy en día te puedo asegurar que Ferrominera, Bauxilum y el resto de las empresas están adelantando inversiones que garantizan que a futuro Matanzas tiene que ser un espacio limpio con emanaciones y partículas en el ambiente adecuadas para la característica de zona industrial que desempeña, no va a ser un lugar residencial. No sólo la industria pública sino la privada también tienen que adecuarse”.
Dijo que el continuo monitoreo de la red de calidad de aire ha permitido instruir a las empresas sobre los parámetros que están siendo superados y que deben corregir. “Recientemente se le instruyó a la empresa Sidor para que corrigiera una situación en su planta de producción de cal hidratada por estar fuera de parámetro y casualmente en la reciente visita que hizo el MinAmb en la zona, una de las medidas preventivas que hizo tendentes a la solución de ese impacto ambiental fue esa planta”.
En el caso de Alcasa explicó que se establecieron acuerdos para solucionar en algunos casos y corregir definitivamente en otros. Mencionó que uno de los aspectos que se ha venido considerando desde hace dos años es el cierre estratégico de las celdas I y II, pero aclaró que el mismo tendría que ser una operación programada y en tal sentido aseguró que el equipo técnico de Alcasa está trabajando en esta opción aunque con esto no está asegurando que se vaya a dar un cierre de la celda I y II, es un escenario que están evaluando.
“Si en el 2004 se hubiesen continuado los pasos que apuntaban al inicio de los trabajos de la línea V de Alcasa, para esta fecha tuviésemos las primeras toneladas de aluminio primario con una tecnología venezolana, la V350, una tecnología limpia y con todos los mecanismo de control que hoy en día una reductora de aluminio modelo debe tener”.
Sin embargo y aunque consideró extemporáneo mencionarlo, Berrueta explicó que la falta de inversión y de continuidad administrativa, así como el enfoque en otros aspectos de la operación que no consideraron la inversión ambiental, conllevaron a que los elementos de control ambiental que debieron colocarse en este grupo de celdas no se establecieran en el tiempo.
“Las inversiones en la parte ambiental son de alto costo, no son inmediata y siempre está el interés de buscar la tecnología de punta, porque lo que se instale hoy, si no se adecua a las exigencias ambientales y no cuenta con los elementos que lo soportan, puede estar en desuso en los próximos cinco o seis años”. Aseguró que desde la CVG “lo ambiental no está en un segundo plano”.

CONTRALORÍA SOCIAL
Desde hace 20 años la Sociedad Conservacionista de Guayana (SCG) viene denunciando la situación ambiental de Guayana, pero sus actuaciones han estado dirigidas hacia la contaminación generada por la empresa privada Hevensa y que fue objeto de cierre preventivo por parte del Ministerio de Ambiente. Francisco Valdez coordinador de la SCG recordó que desde el año 2004 han venido manifestando la necesidad de cerrar esta empresa por los altos índices de contaminación que presenta, “cinco mil toneladas de polvos tóxicos vomita Hevensa a diario en la ciudad”. Explica que su insistencia con esta empresa obedece al interés de la SCG de poner en evidencia “el hecho de que el sector privado no toma conciencia desde el punto de vista ambiental, a pesar de sus ingentes ganancias económicas. Espero que logremos con Hevensa adecuarla ambientalmente y que eso sea tomado como una guía par el resto de las empresas”. Sobre las otras empresas contaminantes de la ciudad, Valdez advierte que CVG Ferrominera acaba de anunciar su Planta de Briquetas que está ubicada en pleno centro de Puerto Ordaz “y esa planta en su proceso industrial desarrolla importantes contaminantes que incorpora a la atmósfera y todas esas urbanizaciones que están ahí se van a ver afectadas. Valdez insiste que “seguiremos vigilante para que esto no sea un prender de humo”.

ACCIÓN Y REACCIÓN
Está claro que los aires de Ciudad Guayana están contaminados, unas áreas más que otras. La alerta emanada por el propio Presidente de la República, Hugo Chávez llevó a reflexionar a los organismos del Estado como Ministerio de Ambiente, Ministerio de Industrias Básicas y Minería y la Corporación Venezolana de Guayana, sobre las acciones que están tomando para mitigar este problema de contaminación atmosférica, de vieja data. La primera reacción fue cerrar preventivamente algunas áreas de producción de Alcasa, pero según el estudio de la DEA Bolívar existen otras empresas tanto públicas como privadas, que contribuyen –quizás más- con la contaminación de estos aires de Ciudad Guayana. Para el editor del libro “Salud y aire limpio”, Curtis Moore “es posible tecnológicamente eliminar casi toda la contaminación atmosférica”. Empecemos por trabajar en función de ese “casi”.